El Brexit sacude a los ediles «guiris» de Andalucía

La incertidumbre se apodera de los concejales británicos, que ni siquiera saben si podrán seguir siéndolo

María Therese Odonegue, concejal de turismo en Albox ABC

RAQUEL PÉREZ

Llegaron en busca de sol, tranquilidad y proximidad al mar y comenzaron a crear importantes comunidades en las comarcas del Almanzora y Levante almeriense. Los británicos irrumpieron con fuerza en la sociedad almeriense hace tres décadas, si bien a partir del año 2000, coincidiendo con el «boom» inmobiliario, su presencia se incrementó de forma exponencial.

Un ejemplo de ello es la abundancia de ciudadanos británicos en las administraciones públicas que ahora, además del conflicto generado por la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) que ha dejado en la ilegalidad a miles de viviendas, suman nuevas incertidumbres como la sanitaria o la política. Lucas John Mayo es concejal de Unión Mojaquera en el Ayuntamiento de Mojácar y reconoce que el triunfo del Brexit ha generado «una situación nueva y no sabemos qué va a pasar».

El edil advierte de importantes incertidumbres como «si podremos seguir siendo concejales y representando a nuestros ciudadanos en los gobiernos municipales». En Mojácar alrededor del 50% de la población residente procede de Reino Unido . «Podríamos decir que la gran mayoría votó por permanecer en Europa; de hecho vivimos en Almería, queremos seguir siendo europeos. Ahora surgen dudas sobre muchos asuntos como la sanidad, la residencia… Seremos como un país tercero», plantea John Mayo.

En similares términos se manifiesta Marie Therese Odonegue, concejal de Turismo y Relaciones Internacionales en el Ayuntamiento de Albox. Esta edil socialista reconoce que no sabe qué va a pasar en el futuro con su Concejalía, si bien advierte de que es «necesario establecer un acuerdo bilateral entre ambos países para que los ciudadanos británicos tengan derecho a votar en las elecciones municipales». Un tratado que debería hacerse extensivo a sectores como el inmobiliario, el turístico y el sanitario.

Según Odonegue, se deberán construir puentes entre ambos gobiernos para que el Brexit no afecte al turismo residencial, «para que los británicos que tienen aquí su residencia puedan seguir viviendo», ni a la sanidad, porque «muchos son jubilados y necesitan prestaciones médicas». La edil asegura que «estamos en una nube de incertidumbre que va a durar dos años, en los que no va a ocurrir nada pero habrá que trabajar para lo que vendrá». Confía en que la depreciación de la libra frente al euro «no frene ni la llegada de turistas británicos ni el asentamiento de éstos como residentes».

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