EDUCACIÓN

Becarios sin becas: los retrasos de la Junta desesperan a los alumnos

Proponen en los foros de internet una marea como la de sanidad ante la posibilidad de que termine el curso sin cobrar las ayudas

Alumnos de un curso pasado que lograron la beca 6000 ABC

JOSÉ CEJUDO

Las redes sociales tipo Facebook, Twitter y WhatsApp son en estos días un hervidero de protestas y lamentaciones por los retrasos que se acumulan para el pago de las becas estudio por parte de la Junta, hasta el punto de que se ha llegado a proponer, con gran aceptación, la organización de una marea similar a la de sanidad, ante la posibilidad de que termine el curso sin acceder a las imprescindibles ayudas al estudio por parte de miles de alumnos que atraviesan, ellos y sus familias, una situación económica sumamente delicada.

«Podíamos tomar todos ejemplo de lo que se ha hecho aquí en Granada con los hospitales, al final nos han hecho caso y aparte de derogar la fusión hospitalaria, han dimitido todos los que se pedían. Así funcionan las cosas».

Mensajes de este tipo se repiten en la red tras conocerse, el pasado día 2, que la Consejería de Educación ha decidido atrasar en tres meses la resolución de las solicitudes de las becas Adriano y 6000 y la de Segunda Oportunidad en dos meses. Además, la Junta demoró hasta la semana pasada el envío de la documentación para la beca general del Ministerio, según informó éste a ABC. En virtud de un convenio suscrito por ambos organismos, el siguiente paso es que el Gobierno central libere el dinero para que la Consejería andaluza gestione los pagos.

Los alumnos que acceden a la beca 6000 deben participar en la convocatoria general del Ministerio de Educación y adjuntar una copia de la solicitud de la primera. El Gobierno central aporta 1.500 euros y otras cantidades «variables» si se cumplen determinados requisitos económicos y de estudio. El resto, hasta los 6.000 euros, los paga la Junta. ¿Cuándo? Esa es la pregunta del millón.

Estrecheces

Francisca García Oliva, de Cádiz, es la madre de Azahara y Cristian. El chico estudia en Los Barrios un módulo de Soldadura, y además de la beca del Ministerio, como su hermana, ha solicitado la denominada Adriano, dependiente de la Junta, que permite continuar los estudios con una nota media de 5, en lugar del 5,5 que exige el Ministerio.

Azahara es alumna de Las Adoratrices en Algeciras donde estudia para Auxiliar de Enfermería. De momento no cuentan con ayuda alguna de las administraciones, subraya su madre. «Y mi hija está loca por terminar y poder hacer prácticas». «He ido a las oficinas de la Consejería de Educación –asegura– y solo me dicen que ponga una reclamación y rellene papeles. Y para qué quiero poner reclamaciones. Las becas las pedimos en septiembre y a fecha de hoy me las estoy deseando. Cada día tengo que dar dinero para el autobús, los libros son carísimos y lo que yo cobro son 500 euros. Y cómo les digo yo a mis hijos que no consigan sus sueños. Tenemos lo justo en la nevera para que terminen los estudios».

Ahorro

Estudiante de Grado Superior, Sara Brito aguarda con impaciencia conocer el resultado de la petición de su beca. Vive con su abuela en Huelva, pensionista y con recursos muy limitados. «Guardo el dinero del año pasado para este curso, porque de lo contrario, es imposible», confiesa. Además, se empeña en sacar buenas notas. «Si no apruebas tienes que devolver la beca, tanto la 6.000 como la Adriano y la de Segunda Oportunidad», esta última, de 4.000 euros anuales, dedicada a aquellos estudiantes de entre 18 y 24 años que abandonaron las aulas para trabajar y ahora pueden retornar gracias a un incentivo aportado por la Junta de Andalucía. Para este curso solicitó la beca del Ministerio, que gestiona la Junta merced a un convenio que firmaron las dos administraciones. Aunque el dinero llegue de Madrid, se desconoce cuándo lo distribuirá la Consejería. Sostiene que si accede a la página web donde figura la información de la ayuda, los datos económicos no son los reales. «Cuando llegue la resolución seguramente tendré que presentar alegaciones». El año pasado por estas mismas fechas, Sara Brito era becaria de la de Segunda Oportunidad, y tuvo asimismo problemas para conseguir el dinero. «Es un mundo aparte, mucho peor que esto».

Futura universitaria

Enara pertenece a una familia de cinco miembros. Su madre, divorciada, cuenta con una ayuda de 426 euros y parte fundamental de sus ingresos corresponde a la beca estudiantil. Este año termina el Bachiller con una nota media de 9,3 y el retraso de la beca 6000 distorsiona enormemente los planes desde el punto de vista económico. Reside en la localidad de Villanueva de la Reina (Jaén). «Si no llega en su momento la Beca 6000 este año lo vemos muy chungo», asegura Ana Belén, la madre de Enara. Tendrá que tomarse un año sabático, o yo no sé lo que haremos. Son muchos los gastos a los que hay que hacer frente antes de empezar la Universidad. Está el alquiler para un piso de estudiantes, hay que comprar libros; en fin, son muchos los gastos que conlleva». La madre insiste en la idea de que sin contar con la beca «es muy difícil acceder a la Universidad».

Actualmente cursa los estudios de Bachillerato en el instituto Jándula de Andújar, y el nerviosismo comienza a hacer mella en la familia porque la beca del Ministerio de Educación (que complementa la 6000) «viene con retraso». Al menos el dinero que aporta el Gobierno central y que gestiona la Consejería serviría «para pagar las tasas de la matrícula». En el curso anterior el Ministerio aportó un máximo de 2.500 euros, 1.500 más las variables, y la Junta el dinero restante hasta los 6.000 euros.

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