RENOVABLES
Ayuntamientos y agricultores hacen caja con el «boom» solar
En 2019 se han instalado más placas fotovoltaicas en Andalucía que en los últimos veinte años
En el Valle del Guadalquivir está naciendo un nuevo paisaje. Entre las fincas de secano -dominadas tradicionalmente por trigo y girasol- se preparan para acoger grandes extensiones de placas solares . Aunque con el primer «boom» de las renovables ya hubo una proliferación de pequeños parques por toda España, lo que ocurre ahora tiene otra magnitud. El avance de la tecnología y la disminución de costes han propiciado que la energía fotovoltaica sea rentable y pueda producirse a precios competitivos sin subvenciones públicas. En las zonas donde la radiación solar es mayor, la producción crece; de ahí que el renacer de la energía solar tenga un protagonismo especial en provincias como Córdoba, Sevilla y Cádiz.
«Estos proyectos ofrecen una rentabilidad mayor para los propietarios de las fincas que los cultivos tradicionales», afirma Emilio Vieira, técnico y asesor jurídico de la patronal agraria Asaja Sevilla , que se lamenta de que «el trigo cuesta ahora lo mismo que en los años noventa».
Frente a ello, los promotores de estos parques solares, grandes fondos de inversión internacionales, «garantizan, con el arrendamiento de las tierras, unos ingresos estables y predecibles para al menos dos décadas». Los agricultores «siembran» placas «porque es un salvavidas que les ayuda a mantener el resto de la finca». El valor de los contratos varía en función de la proximidad de la finca a una subestación eléctrica (el puntos en el que se debe verter la energía que producen las placas para distribuirla en la red general). «La remuneración ronda los 1.500 euros por hectárea al año , aunque en algunas fincas muy próximas a la subestación alcanza los 1.800 euros», advierte Vieira.
Los parque solares miden su potencia en megavatios (una unidad que equivale al consumo de 330 hogares). Hasta 2018 en Andalucía se habían instalado 900 megavatios, distribuidos en pequeñas instalaciones de entre tres y doce megavatios. ¿Qué ha ocurrido en 2019? Se han conectado a la red nuevos parques que suman otros 900 megavatios , con lo cual en solo doce meses se ha puesto en marcha más potencia que en los doce años anteriores.
Estos nuevos «huertos solares» son, además, considerablemente mayores que los del anterior ciclo, ya que los más pequeños suman 50 megavatios y, a partir de ahí, pueden superar incluso los 1.000 megavatios. Y lo previsible es que este crecimiento continúe y se multiplique , como mínimo, hasta superar los 6.000 megavatios.
Ahora pongamos el foco en la tierra que requieren estos proyectos. Un megavatio ocupa dos hectáreas, con lo cual un parque de 500 megavatios requiere 1.000 hectáreas. Si solo en 2019 se han conectado 900 megavatios a la red, quiere decir que se han ocupado 1.800 hectáreas. Y en los próximos cinco años habrá 6.000 nuevos megavatios, lo cual requerirá otras 12.000 hectáreas. Fincas emblemáticas de Andalucía tendrán placas solares.
Búsqueda de suelo
¿Hay tensiones para encontrar ubicaciones? «No hay carencia de suelo, pero en cada proyecto se debe trabajar intensamente para buscar la solución más óptima», afirma Victoria Azancot, responsable de Promoción y Desarrollo de Proyectos de Prodiel (un líder mundial de este sector con sede en Sevilla).
Hay localidades que por su cercanía a una subestación acumulan un número alto de proyectos, como Espejo, Guillena o Alcalá de Guadaira. «Se deben buscar ubicaciones en los que el impacto ambiental y paisajístico sea el menor posible y la Junta de Andalucía solicita, además, que los promotores se coordinen para estudiar las sinergias de todas las instalaciones que estarán en el mismo área y hacer proyectos de manera coordinada para limitar el impacto», recuerda.
Este nuevo «boom» de las renovables es una oportunidad para las arcas municipales. El terreno rústico en el que se instala un parque fotovoltaico pasa a tener consideración de Bien Inmueble de Características Especiales. Esto significa que un Ayuntamiento multiplica por dos los ingresos en relación al Impuesto de Bienes Inmuebles en relación al suelo rústico. A esto se le añade el impuesto de instalaciones, construcciones y obras (2% del presupuesto del proyecto) o el canon urbanístico (por la recalificación de terrenos).
Un ejemplo de los beneficios de este renacer renovable está en Carmona , un municipio en el que hay actualmente 800 megavatios en promoción. «Por cada 50 megavatios se generan unos ingresos para el Ayuntamiento de dos millones de euros, con lo cual si todos estos proyectos se desarrollan con éxito, supondrá unos ingresos para la ciudad de 28 millones», recalca su alcalde, Juan Ávila. Todo ello sin contar el empleo que se crea en la construcción y el mantenimiento de estas plantas.
Este Ayuntamiento ha hecho un esfuerzo especial para captar inversores , adaptando las ordenanzas a esta nueva realidad y tratando de agilizar al máximo la burocracia. «Todo son ventajas: se crea trabajo; es una nueva fuente de ingresos para el consistorio; se refuerzan el suministro energético en la zona; y se respaldan nuevas tecnologías frente al cambio climático», incide Ávila. Otros municipios en los que hay una concentración considerable de proyectos son Guillena, Utrera, Alcalá de Guadaira o Espejo.
Restricciones ambientales
Emilio Vieira estima que habría que hacer un estudio exhaustivo de qué suelos pueden aprovecharse para estos parques y modificar normativa local y autonómica para propiciar su desarrollo. «Hay amplias zonas de Andalucía donde no se pueden realizar estos proyectos, ya sea porque no lo permiten los planes de ordenación urbana de los ayuntamientos, o ya sea porque están en áreas protegidas, como las denominadas Zonas de Interés para las Aves Esteparias, que inhabilitan miles de hectáreas para el desarrollo de esta energía limpia», recuerda el asesor jurídico de Asaja Sevilla.
La Agencia de la Energía ha hecho un cálculo del espacio disponible que hay en Andalucía para parques solares. En teoría hay más de 809.000 hectáreas (un espacio similar a la provincia de Almería) que podrían producir 273.000 megavatios (el doble de toda la energía que se produce actualmente en España). El límite al crecimiento no está en el suelo, sino en la capacidad de las infraestructuras eléctricas para acoger y distribuir esta nueva producción.
En este momento en Andalucía se están desarrollando 13.000 megavatios que, por sí solos, colmatarían toda la capacidad de Red Eléctrica Española en la región para evacuar esta energía. Solo son viables las iniciativas que tienen garantizado el punto de acceso a esta red. «Los propietarios de fincas deben tener mucho cuidado, porque hay muchos especuladores negociando contratos para arrendar tierras con proyectos que son inviables porque no pueden evacuar la energía», recuerda Vieira.
Uno de los principales objetivos de la Junta de Andalucía es lograr que Red Eléctrica, en la futura planificación de la red de transporte 2021-2026, amplíe sus infraestructuras en la región para aprovechar el interés de los promotores fotovoltaicos. La propuesta del Gobierno andaluz, con la construcción de nuevas subestaciones y ampliación de las existentes, elevaría la capacidad para promover otros 11.430 megavatios.
Victoria Azancot, ingeniera industrial sevillana, recuerda que el desarrollo de la energía solar está suponiendo un revulsivo para el empleo. «Tanto yo como otros muchos compañeros hemos podido volver a Andalucía gracias al renacer de las renovables», concluye.