Ver atardecer en Sevilla desde el hotel más alto de Andalucía
Las mejores cinco estrellas del Eurostars Torre Sevilla son sus impresionantes vistas
Con un móvil de los modernos en la mano se sale de dudas cuánto tiempo tarda el ascensor en subir las 31 plantas que es donde se encontraba la habitación del hotel del que esto escribe. Exactamente son 39 segundos. Previamente en recepción, con su entrada independiente, un personal joven y atento le ha facilitado la tarjeta que servirá para poder subir y bajar por los mismos y abrir su cuarto. Para los neófitos: una voz metálica le dirá la letra del que tendrá que tomar (al principio choca la palabra cabina). Pasado este trámite tecnológico y una vez instalados, todo son parabienes para el nuevo hotel. La insonorización es perfecta y apenas se escuchan los ruidos en la lejanía de una moto de mediana cilindrada a escape vándalo, digo libre. Cuartos de baño acordes con la categoría del hotel, albornoces y zapatillas a disposición del cliente, y un servicio de «amenities» (me temo que esta es otra batalla perdida del idioma), donde hacía tiempo que no veía una maquinilla de afeitar con su botecito de espuma incluido.
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Pero las mejores cinco estrellas del Hotel Eurostars Torre Sevilla no son el juego de sus cinco clases diferentes de almohadas a disposición de los alojados, ni su estupendo spa o el gimnasio, los automatismos de sus persianas y la regulación de sus luces o el silencio de su climatización; las que más brillan en su firmamento son las vistas de Sevilla, si le han colocado en una habitación que pueda disfutar de ellas.
Esta era la gran apuesta del Grupo Hotusa cuando se hizo con las últimas 19 plantas de la Torre, de la 19 a la 37, e invirtió 3,5 millones de euros en hacer un establecimiento fuera de lo común. Y acertó de lleno. No existe otro edificio más alto en Andalucía. Ver el atardecer o el amanecer de Sevilla, la hora azul en términos fotográficos, desde la torre Pelli, como aún algunos sevillanos la identifican por su arquitecto, es sencillamente un espectáculo digno de encomio por el que merece la pena pagar. ¿Y si su habitación está en la cara noroeste y no puede ver más que campo? Entonces tendrá el alivio de la planta 37. Una magnífica terraza circular por la que podrá dar una vuelta completa y elegir el mirador más exclusivo de la capital hispalense. La opción de tarifa bonificada para sevillanos durante algunos meses no deja lugar a dudas como una oportunidad. Llama la atención los turistas extranjeros alojados con su bicicleta dentro de la recepción para moverse al centro .