Cultura

Antonio Banderas: «Quiero que Andalucía se sacuda sus complejos endémicos y crea en sí misma»

El actor está en plena reforma para abrir en otoño el Teatro del SohoCaixabank en Málaga

Antonio Banderas está centrado en nuevos rodajes Sebastián Mariscal

J. J. Madueño

Antonio Banderas espera ver cumplido su sueño teatral en Málaga en el próximo otoño. Es la fecha en la que desea que se enciendan los focos en el Teatro del Soho, ese proyecto que intentó en el histórico cine Astoria, pero que tuvo que reubicar y que ahora se acerca a ser una realidad. Es su principal preocupación, como reconoce, en un tiempo en el que está centrado en nuevos rodajes, cosecha los éxitos de una buena interpretación de Picasso y ha vuelto a rodar con Almodóvar. Tiempo en el que sigue profundizando en sus conocimientos de moda y saca la parte positiva a aquel infarto que le dio un susto pasajero.

Ha dicho que un teatro es «una forma romántica de arruinarse». ¿Qué es lo que pretende con el nuevo Teatro del Soho en Málaga?

Aunque he bromeado con ello, espero no arruinarme. Lo que sí es cierto es que no llevo a cabo este proyecto con una mentalidad empresarial, me explico: el proyecto necesita, para ser potente y sólido, de una serie de profesionales que lógicamente serán remunerados por la capacidad de trabajo que aportan y el prestigio ganado durante muchos años en el mundo del teatro, pero si la entidad termina sus ejercicios anuales con ganancias no habrá un reparto de dividendos. Los fondos que se obtengan se reinvertirán en el propio teatro. Es muy ambicioso, pero no desde el punto de vista económico.

El primer estreno será «A Chorus Line», una obra de Broadway. ¿Cómo va a ser la programación del nuevo teatro?

Más de la mitad de mi carrera se ha desarrollado en los Estados Unidos. Entre mis momentos más felices se encuentra el año que hice el musical «NINE» en Broadway con el que ganamos el Tony. «A Chorus Line» es una obra que en 1975 cambió el paradigma de aquellos musicales que reflexionaban sobre el propio teatro. Da el protagonismo a aquellos «trabajadores» del mundo del teatro que no son famosos y que no ganan mucho dinero. Es un bello poema teatral a la juventud, a la pureza artística, al sacrificio que se esconde detrás de cualquier meta ambiciosa. Perseguimos una programación diversa, de calidad y que cubra el interés de sensibilidades muy distintas.

¿Y se subirá a las tablas de su teatro como actor o director?

Sí, lo haré desde el principio. Si todo va bien haré un personaje en «A Chorus Line», aunque no será protagonista, porque los protagonistas serán los jóvenes.

¿Qué supone contar con Lluis Pasqual en la dirección artística?

Ha conseguido darle al proyecto una dimensión enorme, haciendo crecer las expectativas que en un principio nos habíamos marcado. Ha abrazado además la idea de desarrollar al máximo toda la rama dedicada a la inclusión de jóvenes estudiantes de artes escénicas.

«Al nuevo Gobierno andaluz le pido que ponga el acento en la cultura y el arte:son las que definen esta tierra»

¿Qué recuerdos le quedan de aquel intento fallido en el Astoria?

Todo en la vida pasa por una razón. No le guardo rencor a nadie. Solo espero que ese espacio estupendo del antiguo cine Astoria albergue un magnifico proyecto que impulse más la idea de esa Málaga soñada. Desde luego, si así es, que cuenten con mi apoyo y con el del Teatro del Soho.

La cultura es una línea estratégica en el desarrollo de Málaga. ¿Qué puede aportar este teatro a esto?

Málaga y ese espíritu cultural y artístico que florece en la ciudad está en el centro de nuestros objetivos, pero qué será finalmente lo que aportemos solo lo dirá el tiempo. Este primer año nos lo planteamos en realidad como un año de rodaje, para medirnos, ver nuestras capacidades y saber la respuesta que vamos a obtener por parte del público. A partir de ahí, comenzará de verdad la construcción de este complejo «artefacto».

¿Y a Andalucía?

Me gustaría transmitirle un mensaje de algo que todos sabemos, pero que a veces cuesta trabajo expresar: el enorme potencial artístico de este pueblo, rebeldemente maravilloso, para que crea más en sí mismo, para que nos sacudamos complejos endémicos y seamos capaces de enseñar en toda su dimensión lo que realmente llevamos dentro.

¿Qué le pediría al nuevo Gobierno de la Junta de Andalucía?

Que ponga el acento en la cultura y el arte, pues es esto lo que más define a esta tierra, y además es lo que, si miramos en profundidad y en toda su complejidad, nos enseñará en realidad lo que somos.

«He sido educado en la convicción de que hay un perdón para cada pecado. Sigo admirando a Picasso»

En «Dolor y gloria» vuelve a las órdenes de Pedro Almodóvar. ¿Qué podemos esperar?

Va a demostrar que seguimos muy vivos y que todavía tenemos la capacidad de reinventarnos. No es una película maniquea, va a sorprender por su simpleza estructural y narrativa y por su potente carga de emoción cruda.

¿Qué ha cambiado desde aquella primera vez con Almodóvar?

Desde aquella primera vez ha cambiado el país, el mundo, la forma de percibir la realidad, el cine... Han cambiado muchas cosas. Creo que nosotros también hemos cambiado y nos hemos hecho mayores. Creo haberme vuelto más relativista, no creo en verdades absolutas, me siento más relajado, no estoy tan ansioso... Pero tengo la impresión de que las cosas fundamentales no han cambiado para ninguno de los dos: la ilusión por contar historias, por reflexionar acerca del tiempo en el que nos ha tocado vivir, por observar la realidad y transformarla en sueño o quizás al contrario...

Mientras tanto, siguen reconociendo su trabajo encarnando a Picasso. Dijo que era un sueño cumplido interpretar al pintor. ¿Qué le queda después de todo? 

La satisfacción de ver que todavía me aceptan en Málaga [ríe]. Era un reto muy complicado. Dicho de una forma muy simple, me queda la constatación clara y rotunda de que me encontraba frente a un verdadero genio, frente a un artista completo y total y, al mismo tiempo, cara a cara con un ser humano con el que resultaba muy difícil convivir. Picasso, como una gran parte de los grandes genios de la historia, dejó un montón de lo que ahora se denomina «daños colaterales».

«Cuando me tenga que morir me moriré, pero no quiero es vivir como si ya estuviese muerto»

¿Y cómo mira ahora al mito?

Creo haber sido educado con la convicción de que hay un perdón para cada pecado. Quizás por esto, tras haberlo interpretado, sigo mirando a Picasso con una tremenda admiración y respeto.

Comienza el rodaje de «The Laundromat» con Meryl Streep y Gary Oldman a las órdenes de Steven Soderbergh. ¿Qué veremos en este film?

Es mi segundo trabajo con Soderbergh y me sigue admirando su forma de trabajar libre, desordenada y rápida. Si hubiese un símil al jazz en cine ese sería Soderbergh. «Laundromat» es una sátira sobre la cantidad de recursos legales, ilegales, estrambóticos, institucionales, ingeniosos, divertidos, estúpidos o peligrosos que ha inventado el ser humano para no pagar impuestos.

Ante esta vorágine, a la que se suman sus estudios de diseño y su línea de moda, es obligatorio preguntar por la salud. ¿Cómo se encuentra de aquel infarto? ¿No se iba a tomar la vida con más calma?

Todo lo que me aportó el ataque al corazón lo he traducido en positivo. He dejado de fumar, que probablemente es de las cosas más estúpidas que jamás he hecho en mi existencia. Valoro mucho más todo lo que me ha dado la vida. Vivo y disfruto cada segundo como un regalo, y sí, es cierto, dije que iba a reducir el ritmo de trabajo, pero finalmente he decidido que cuando me tenga que morir me moriré, pero que lo que no quiero es vivir como si ya estuviese muerto.

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