Ángela Corona: «Los niños al principio buscan porno en Internet para aprender»
La sexóloga señala que los menores ven en el cine de adultos relaciones sin consecuencias y sin necesidad de consentimiento, lo que les puede confundir
Los niños se toman la pornografía «como una pedagogía de la sexualidad» , explica la psicóloga y sexóloga Ángela Corona. Y luego, añade, quieren imitar lo que ven. «Con el acceso a las nuevas tecnologías los jóvenes se inician antes en el visionado de este tipo de películas. El problema es que el cine en general y este tipo de películas destinadas a los adultos son muy accesibles y sirven de prescriptor de conductas» .
Así, los niños «confunden lo que es una fantasía de un adulto , normalmente además de un hombre, con la práctica real de las relaciones», advierte Corona, que añade que los menores creen que la pornografía «es un modelo a imitar. Aprenden de un modelo erróneo, de una fantasía que no es verdad » que piensan que «la normalidad de la sexualidad. «Los adultos podemos interpretar que el sexo en el cine no es verdad, que es una ficción, pero ellos no».
Señala esta sexóloga cordobesa que los menores llegan a la pornografía primero por curiosidad , no por interés lúbrico: «Al principio los niños no buscan sexo en Internet para excitarse sino para aprender cómo es. Y lo que se encuentran les crea una imagen distorsionada , creen que es la normalidad», advierte.
La intimidad
Uno de los grandes problemas de aprender sobre relaciones a través del cine de adultos es que se olvida que el sexo «es entre personas», indica la doctora Corona. « El sexo tiene que estar conectado con la intimidad y la afectividad », reivindica. Y eso los niños no lo aprenden en la pornografía.
En el cine para adultos, el guion se salta muchos de los pasos naturales del cortejo, señala la sexóloga. No hay aproximación, ni seducción. Las dos partes están siempre dispuestas y aceptan las relaciones. «En las películas de adultos la secretaria siempre quiere tener relaciones y nadie tiene que decir nada. Es todo mecánico», apunta.
«En esas etapas del cortejo es donde se aprende a ver si la otra persona está de acuerdo y quiere mantener una relación , por ejemplo», advierte la doctora Corona. Si eso no se aprende, añade, se corre el riesgo de que los niños y los jóvenes piensen que no tiene que pedir permiso o que la opinión de la otra persona involucrada en el sexo no importa.
Para esta sexóloga, es importante contrarrestar la información negativa que para los niños puede tener la pornorgrafía en Internet con información sana , equilibrada para su desarrollo afectivo e íntimo, adaptada a sus edades. Porque, aunque se quiera, los jóvenes no van a dejar de sentir curiosidad por la intimidad.
«Es imposible que los chavales no sientan curiosidad. Van a mirar estas cosas, así que mejor explicarles que no son reales, que son fantasías y que no pueden ser un modelo de conducta », opina la sexóloga cordobesa.
Esa responsabilidad de formar a los menores recae tanto en los padres como en los centros escolares . Aunque «los colegios tienen que tener siempre en cuenta la opinión de los progenitores, porque muchos no se sienten cómodos con ese tipo de formación», indica Corona.
Pero, subraya esta sexóloga, formar y enseñar no es incitar ni animar ni promover. Es «informar de los riesgos que se tienen, de los embarazos, de las infecciones de transmisión sexual.. . En las películas para adultos se llega al coito sin consecuencias. No hay niños, no hay ITS. Y eso puede ser parte del sexo y hay que tenerlo en cuenta a la hora de sentarse con el menor a hablar de relaciones.
«Las relaciones no son solo el coito. Hay mucho más. De hecho, para los jóvenes lo ideal es retrasarlo lo máximo posible hasta que sean maduros para entender», indica.
E, igual que los sexólogos buscan naturalizar las relaciones, « también hay que naturalizar que no haya relaciones . Porque los chavales tienen mucha presión y no pasa nada si no tienen intimidad con alguien , es normal también», defiende la doctora Corona.
Para esta sexóloga no hay ningún aspecto positivo en que los niños tengan acceso al sexo online. A partir de cierta edad y en adultos sí puede servir para estimular el deseo y la imaginación . O para ver que hay muchas opciones y que la orientación sexual es más habitual. Pero en los menores, solo les confunde, señala. «Necesitan una explicación clara y simplificado», resume. «No es didáctico».
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