CORONAVIRUS
Andalucía suma 55 muertos sin explicación durante la pandemia frente a los 6.420 de España
La cifra oficial de víctimas andaluzas por Covid-19 no sólo es mucho más baja que la nacional sino que parece mucho más ajustada a la realidad si la comparamos con la mortalidad de 2019
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La menor incidencia de Covid-19 en Andalucía respecto de otras muchas zonas de España tiene varios hitos que las cifras sobre exceso de mortalidad de marzo y abril de 2019 y 2020 permiten recorrer. El exceso de mortalidad es la diferencia entre el número de muertes constatadas y el de las muertes que cabría esperar en periodos parecidos de años sucesivos. Se suelen producir en los casos de grandes catástrofes o pandemias sanitarias durante los días o semanas en que se sufren sus consecuencias.
Uno de los más relevantes que ponen en evidencia los datos sobre exceso de mortalidad en Andalucía es que el pico de la pandemia duró veinte días menos que la media española (2 5 frente a 45 ). En Andalucía, el primer día que se detecta un exceso de mortalidad respecto al año anterior es el 20 de marzo cuando se produjeron 246 muertes. Las esperadas eran 204, de modo que el exceso de mortalidad fue de 42. El día 2 abril se alcanza el máximo de exceso de mortalidad en Andalucía con 81 muertes más de las esperadas . A partir de esa fecha se inicia un descenso con oscilaciones que culmina el día 15 de abril con 10 muertes por encima de lo esperado.
«En Andalucía el exceso de mortalidad comienza a detectarse después del nacional, y con menor intensidad, lo que indica un inicio más tardío que en otras regiones, lo que ha podido ser trascendental en la evolución de la epidemia y explicar la menor mortalidad. P or tanto, el tiempo ha sido clave para poder prepararse mejor y que las medidas de confinamiento fueran más eficaces», asegura a ABC Francisco Giménez Sánchez, epidemiólogo que se formó en el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (CDC), uno de los más importantes de Estados Unidos, y que ha trabajado en el Instituto Carlos III de Madrid, donde fue jefe de sección de enfermedades tropicales y salud internacional, y el Servicio de Infectología Pediátrica del Hospital Torrecárdenas de Almería.
El pico de la enfermedad duró en Andalucía 25 días, 20 menos que la media española. El peor día fue el 2 de abril con según datos del Instituto de Salud Carlos III
Una de las cuestiones que preocupan a los epidemiólogos y demás responsables sanitarios es saber exactamente el número de personas que han muerto por Covid-19, pues con un mapa real de fallecimientos e infectados se puede trazar la estrategia más efectiva para contener su propagación.
Durante ese pico de la pandemia en Andalucía se detectó un exceso de muertes de 890, un 17 por ciento más de lo esperado y en ese mismo periodo se notificaron en Andalucía 835 casos de muertes por Covid-19, según los datos oficiales de la Consejería de Salud y Familias. De todo ello se deduce que hay 55 muertes de exceso no atribuidas directamente a Covid-19. Se trata de un 6 por ciento más del total, una cifra que se puede atribuir a fallecidos no diagnosticados adecuadamente o a víctimas colaterales del coronavirus (infartos, ictus, etcétera) que no llegaron a tiempo a los hospitales por la emergencia sanitaria. En todo caso, este 6 por ciento de fallecimientos no esperados en Andalucía que no se corresponde con la Covid-19 es un porcentaje cuatro veces inferior al promedio nacional, que supera el 26 ciento, según datos del Instituto Carlos III.
El primer día que hubo más muertes de las registradas en años anteriores fue el 20 de marzo. Allí empezó a subir el pico, aunque el exceso fuera de 42 fallecidos
A la luz de esas cifras, Andalucía sería la segunda comunidad con menor exceso de mortalidad de España (17 por ciento), sólo superada por Galicia (15 por ciento). A estas dos comunidades le siguen Murcia y Canarias con 21 y 24 por ciento , respectivamente. Frente a ese 17 por ciento, llama la atención el exceso de mortalidad de Madrid (203 por ciento), Castilla-La Mancha (181 por ciento) o Castilla León (134 por ciento).
Francisco Giménez Sánchez destaca que «durante el último mes y medio se ha producido un exceso de mortalidad a nivel nacional que supera las cifras reportadas de muertes por Covid-19 en más de 6.000 muertes. Esta cifra podría ser aún mayor si tenemos en cuenta que MoMo (el sistema de medición utilizado por el Centro Nacional de Epidemiología) no recoge datos del 7 por ciento de la población». En su opinión, « el exceso de muertes no atribuidas a coronavirus podría explicarse por la suma la de muertes producidas por otras causas dentro del contexto de la pandemia junto con fallecimientos que han podido ser debidos a Covid-19 pero no declarados como tales».
El mes de febrero fue un mes de baja mortalidad en toda España con cifras generalmente por debajo de la media esperada, si la comparamos con años anteriores. E l cambio de tendencia comienza el día 10 de marzo con un incremento progresivo del exceso de mortalidad hasta llegar al día 17 de marzo en el que murieron 1.348 personas en todo el país, 191 más de las esperadas.A partir del 17 de marzo el incremento se acelera hasta el pico máximo que se da el 31 de marzo con un exceso de muertes de 1.348. Durante el pico (el periodo en el que el exceso de muertes se encuentra por encima del 99 por ciento comprendido entre los días 17 de marzo hasta el 30 de abril) el exceso de muertes en España fue de 30.811, lo que representa un 62% de exceso de mortalidad por cualquier causa. En los mayores de 74 años este exceso llega al 72 por ciento.
Andalucía es la segunda comunidad española tras Galicia con menos porcentaje de exceso de mortalidad no atribuible a Covid-19, lo que hace pensar que sus cifras oficiales de víctimas se ajustan más a la realidad que las del resto.
Si tenemos en cuenta que durante ese periodo se notificaron 24.391 muertes por Covid-19 en España, se observa una diferencia de 6.420 fallecimientos, lo que representa un 26 por ciento adicional de muertes no atribuibles (o no incluidas) en los datos oficiales de la pandemia. «Estas podrían deberse tanto a Covid-19 que no hayan sido clasificadas como tales o lo que podríamos llamar «efectos secundarios” , las patologías que podrían haber sufrido un aumento de mortalidad por la falta de atención ante el colapso del sistema sanitario, a sí como las muertes producidas en residencias o domicilios a las que no se les ha realizado test diagnóstico», asegura Francisco Giménez Sánchez.
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