Crisis sanitaria

Andalucía se resiste a dejar atrás a Málaga y Granada en el plan de «desescalada»

La Junta presiona al Gobierno para que toda la región pase a la Fase 2 el día 25

Una terraza, este lunes en la capital malagueña, en su estreno en la Fase 1 AFP

A. R. Vega / S. Benot

A la Junta de Andalucía se le está atragantando la desescalada gradual (en cuatro fases) y asimétrica (a distinta velocidad) diseñada por el Gobierno central. «No vamos a aceptar que nadie nos imponga una Andalucía a dos velocidades», retaba el portavoz del Gobierno y consejero de la Presidencia, Elías Bendodo (PP), al ministro de Sanidad, Salvador Illa (PSOE), después de que éste desoyera su demanda para que Andalucía pasara a la vez a la Fase 2, incluidas Málaga y Granada . Ambas provincias no entraron hasta ayer en la Fase 1 de la transición hacia «la nueva normalidad».

El vicepresidente andaluz, Juan Marín (Ciudadanos), incidía en el mismo mensaje de resistencia y abogaba, además, por permitir la movilidad entre sus ocho provincias a partir del 25 de mayo , sin esperar, como el resto de territorios, hasta finales de junio en el mejor de los escenarios, coincidiendo con el fin de la Fase 3. Siempre que los datos de evolución de la pandemia acompañen y confirmen la reducción de los contagios y la descomprensión de las UCI y camas hospitalarias.

«No se equivoque como en la primera fase» , recomendaba el también consejero de Turismo al ministro, que un día antes había descartado la propuesta autonómica. Málaga y Granada, con sus 2,6 millones de habitantes, «tienen que permanecer 14 días» en la Fase 1, salvo cuestiones «muy excepcionales para reconsiderarlo» porque «es el criterio de prudencia para ver cómo afectan las medidas nuevas a la evolución epidemiológica», aseguró Illa.

Pero en el Gobierno andaluz no se dan por vencidos, a pesar de que su margen de maniobra es limitado frente a un mando único que marca las reglas y los tiempos. La desescalada de Andalucía «a dos velocidades» se suma a otros desencuentros con el Ejecutivo de Pedro Sánchez como la decepción que supuso dejar una semana más a las provincias enteras de Málaga y Granada en la Fase 0 que, por ejemplo, impedía a sus residentes sentarse en la terraza de un bar o acudir a comercios de menos de 400 metros cuadrados sin cita previa. La Junta pidió el pase a la siguiente etapa para toda la región, aunque con restricciones en la ciudad de Granada y su área metropolitana y la capital malagueña.

De aquellos polvos vienen los lodos actuales: un mapa desacompasado para la reactivación económica de Andalucía . La Junta entiende que toda la comunidad «puede ir de la mano» a la segunda fase el próximo día 25 y se muestra radicalmente en contra de que Málaga y Granada tenga que esperar dos semanas para cubrir esa etapa, salvo que así lo desaconsejen «criterios sanitarios justificados y de igualdad entre todos los territorios».

Movilidad entre provincias

Permitir el tránsito entre provincias, algo sobre lo que el País Vasco tiene capacidad de decisión, es otra de las demandas que tiene el Ejecutivo andaluz del PP y Cs. Marín esgrimió que estos viajes «ya se están haciendo» en el caso de los andaluces que tienen que desplazarse para trabajar, así como en las mudanzas de viviendas o para recoger las pertenencias de los estudiantes en pisos alquilados.

Sobre la prórroga durante un mes del estado de alarma que propone el Gobierno, Marín aboga por que se mantenga «aunque no en las condiciones actuales». Juanma Moreno consideró «razonable, sensato y oportuno que el conjunto de las instituciones volvieran a su normal desarrollo», algo que el estado de alarma no garantiza. El vicepresidente y líder del partido naranja negó discrepancias al respecto con su aliado en el Gobierno andaluz.

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