El adiós más duro para una madre por la muerte de su bebé

El Colegio de Enfermería de Granada imparte un curso sobre ayuda a padres en casos de fallecimiento perinatal

Comunicar la muerte de pacientes es un duro trance para los sanitarios ABC

M. Moguer

Afrontar la muerte de un hijo «siempre es un drama, da igual que sea cuando la madre está embarazada o cuando ya ha dado a luz. Siempre duele». Es la conclusión a la que ha llegado Carmen Ruiz, enfermera del Servicio Andaluz de Salud (SAS) , vocal del Colegio de Enfermería de Granada y una de las alumnas del curso para la atención y acompañamiento de padres por muerte perinatal, es decir, la que se produce antes o poco después del parto. «Desde que la mujer sabe que está embarazada y se siente madre, perder ese ser querido, ese hijo, es doloroso», añade Ruiz.

En el curso, los profesionales de Enfermería aprendieron no solo a dar la noticia a los padres sobre la muerte de su hijo. También a acompañar en el dolor y ayudar a los progenitores a pasar el duelo por esa pérdida. «Un hijo siempre es un hijo, el dolor de una madre que lo pierde no se mide al peso», indica Ruiz. «Da igual que el feto fuera de 200 gramos o que hubiese ya nacido con dos kilos», añade.

La iniciativa de este curso surge del Colegio de Enfermería de Granada , donde detectaron que no existía un protocolo «ni nacional ni regional» para este tipo de situaciones tan duras para los padres. Así lo explica una de las docentes del curso, la enfermera Sonia Pastor.

Entre lo que han aprendido los profesionales sanitarios que han acudido está el acompañar a los padres y ofrecerles siempre la opción de despedirse del hijo. «Hay que decirles que pueden cogerlos, acunarlos », indica Ruiz, que también detalla que «para poder cerrar el duelo que suponen estas muertes es positiva esa despedida». Sin embargo, indica, los padres deben elegir libremente. «Si prefieren no ver al hijo hay que respetarlo, la decisión la deben de tomar los padres».

En todo caso, sí que es importante, recalca, que la madre que acaba de perder a su hijo, ya sea por aborto como por fallecimiento del recién nacido, no esté en la misma sala que madres que están dando el pecho a sus bebés. «Es de lógica común, pero a veces se olvida», explica Ruiz, quien sostienen que una de las mejores ayudas para estas madres —y para sus parejas y familias— es darles su espacio propio.

«Yo llevo 42 años ejerciendo como enfermera —explica Ruiz— y me he encontrado con ocho o nueve madres en esta situación. En Andalucía no hay más de un cinco por mil de casos de muerte perinatal afortunadamente». Pero, aunque son pocos, es «importante que sepamos cómo actuar porque si hay un nuevo embarazo, la madre debe vivirlo con ilusión, no con el miedo de volver a pasar por la muerte de un hijo».

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