Las 27 academias andaluzas, a la vanguardia de la ciencia desde el año 1700

Las academias de Andalucía —es la comunidad que cuenta con mayor número de ellas— suman más de 300 años en la tarea de difundir ciencia y conocimiento

Discurso de ingreso en la Real Academia de Medicina en Sevilla de Ismael Yebra Sotillo en 2015 Vanessa Gómez

M. Moguer

Cuando se inauguró la primera academia de Andalucía —la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla—, en España reinaba el último de los Austrias. Hace de eso más de 300 años y en el país ha cambiado todo, pero estas instituciones se han mantenido firmes en su propósito: divulgar la ciencia, el arte y la cultura. Las academias han visto caer gobiernos, dinastías, dos repúblicas, sendas dictaduras... Todo cambia pero ellas permanecen.

Por las academias andaluzas han pasado los nombres más importantes de las ciencias, las letras y el arte. Explica Benito Valdés Castrillón , presidente de Instituto de Academias de Andalucía, que en la nómina de académicos andaluces están «los mejores» desde siempre. La institución que dirige es el órgano que representa a las 27 academias que hay en la comunidad, un trabajo importante porque Andalucía es la región de España con mayor número de estas instituciones culturales y científicas.

Valdés desgrana con cariño —y sin apear nunca el don y el usted— a los nombres que han ido dando lustre a las academias andaluzas. Recuerda a don Joaquín Romero Murube, académico de Bellas Artes y de Buenas Letras; a don Manuel Clavero Arévalo, «que fue padre del Estatuto de Autonomía de Andalucía»; a don José Luis Comellas, historiador; a don José María Pemán, «que aunque algunos quieran denostar era monárquico, no franquista y fue presidente de las academias de Bellas Artes de Cádiz y de la Iberoamericana»; a don Juan Talavera Heredia, «que fue el arquitecto del edificio de Telefónica de la Plaza Nueva de Sevilla»; don Antonio Burgos, periodista y escritor...

Los nombres podrían seguir y seguir porque, en más de 300 años de historia, los más granado de la intelectualidad andaluza ha pasado por alguna de sus academias. Y justo ahora, tres siglos después de la fundación de la primera, la Junta prepara un decreto para organizar su funcionamiento. La normativa, que está aún en fase de borrador , busca regular «la creación, aprobación, modificación y disolución» de las academias andaluzas así como establecer «control del régimen jurídico de su organización y funcionamiento y de calidad de las actividades» que organizan.

Competencias

Así, esta nueva normativa establece que son competencia de las academias andaluzas «promover y desarrollar el estudio, la investigación y difusión de conocimientos en su campo del saber» así como «asesorar a los organismos públicos de la comunidad autónoma en materias propias de sus fines» y «emitir informes».

Esta última misión de las academias, destaca Valdés, es una de las grandes olvidadas por las administraciones. Defiende el presidente de las academias andaluzas que estas organizaciones pueden asesorar a la Junta o ayuntamientos por ejemplo, en cuestiones de patrimonio. «Somos órganos de consulta para la administración», algo para lo que lamenta, el Gobierno andaluz no siempre les pide consejo.

«En cuanto se dejó de preguntar a las academias la cosa se desbocó porque somos garante de que no se pierdan obras de arte», subraya Valdés

La pena, señala Valdés, es cuando la administración deja de pedirles consejo porque pasan cosas como 'la piqueta' de Sevilla en la segunda mitad del siglo XX, cuando se perdieron muchos edificios históricos por el afán desarrollista sin miramientos por el patrimonio. «En cuanto se dejó de preguntar a las academias la cosa se desbocó porque somos garante de que no se pierdan obras de arte», subraya el presidente de las academias andaluzas, que pone de ejemplo también las labores de asesoría en las obras del entorno de la Alhambra, donde ha emitido informes la Academia de Bellas Artes de Granada.

Pero asesoran en más campos. Las academias de Medicina, por ejemplo, emiten informes cuando hay algún juicio por un tema sanitario. «Hacen labores de peritaje». También en la conservación del patrimonio.

Andalucía cuenta con más de 900 académicos de número. Lejos de la idea que pueda haber en el imaginario colectivo de señores mayores en habitaciones forradas de terciopelo rojo, los académicos trabajan en el siglo XXI apegados a su tiempo . Difunden la ciencia más avanzada. Lo explica Benito Valdés: «Si hay una técnica de cirugía vanguardista, no le quepa duda de que alguna de las academias andaluzas organizará unas charlas o unas jornadas para explicarla. Tenemos a los mejores profesionales de cada disciplina». Las academias tienen pasado —mucho—, presente y, ¿futuro? Sin duda, porque en el siglo XXI se creó la última, la Academia Iberoamericana de la Rábida.

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