Videoblog de Teodoro León Gross
Que se ofendan los catalanes
El Mirador
«Los activistas Soler y Domínguez, con su sketch de fiesta de fin de curso en un instituto de bachillerato de estricto adoctrinamiento indepe, sólo hacen honor a su condición de pancistas del catalanismo enajenado del procés, papafritas a sueldo de la máquina del fango de TV3»
Se comprende que haya quienes se sintieran heridos por el sketch chusco en TV3 sobre las Virgen del Rocío en Semana Santa , y eso seguramente explica que la Junta de Andalucía canalice la indignación y eleva una queja tras reclamar una rectificación.
Se entiende, y es difícil no compartir mucho de lo escrito en estas páginas, pero personalmente lo veo con otra perspectiva.
Siempre hay que temer que te hagan una parodia inteligente que deje en evidencia tus debilidades, tus miserias, tus lastres o tus incoherencias.
Esas parodias, claro está, te empequeñecen.
Pero por la misma razón no hay que dar mayor relevancia a una parodia chusca, zafia y además ridícula. O sea, esencialmente mediocre.
Eso sólo empequeñece a quien hace la parodia.
Los activistas Soler y Domínguez, con su sketch de fiesta de fin de curso en un instituto de bachillerato de estricto adoctrinamiento indepe, sólo hacen honor a su condición de pancistas del catalanismo enajenado del procés, papafritas a sueldo de la máquina del fango de TV3.
Ni siquiera se puede aplicar el análisis de lo humorístico a lo que sólo es una provocación ofensiva al alcance de cualquier fortuna mental.
Ofenderse es darle sentido a lo que no tiene sentido, y concederle autoridad a lo que no tiene ninguna.
Pero ¡por favor, si son dos papafritas absolutamente vulgares y mediocres!
Y en la medida en que representan bien la orientación cutre del catalanismo y sus veleidades supremacistas de opereta, no hay que plantear un boicot a las marcas. Al revés. ¡Pidamos que patrocinen más este programa que sirve de espejo del procesismo con la barretina calada hasta el entrecejo! Hay que dar máxima visibilidad a ese bodrio que es un perfecto autorretrato idiota del espíritu indepe.
A ver, que los andaluces, y por supuesto la Virgen del Rocío, poco tienen que ver con esa bufonada. No tiene mayor importancia. Lo malo para cierto catalanismo es que ellos sí pueden verse reflejados en ese programa cuya máxima aspiración es ofender como si eso los situara por encima, sin ver que es al revés, porque retrata la mediocridad de un supremacismo de tercera.
Y de eso no hay que quejarse. Al revés. Ese naufragio hay que celebrarlo.