EMPLEO

Unos 200 venezolanos están atrapados en Andalucía sin poder ejercer sus empleos por la maraña burocrática

Tras huir del régimen que sufre su país, denuncian un colapso en la homologación de títulos que les impide trabajar

Mervelin Betancourt trabajando en su clínica en Venezuela de odontóloga ABC

J.J. Madueño

Huyeron de un país en el que no veían futuro para buscar un lugar en el que dar una mejor vida a su familia. Muchos entraron en España pidiendo asilo cuando se marcharon de Venezuela, pero luego no cumplieron los requisitos.

Aún así, trataron de salir adelante ejerciendo sus profesiones como odontólogos, enfermeros, biólogos, arquitectos o psicólogos, pero eso tampoco les ha sido posible. Los procesos para la convalidación de su título se hacen eternos . Ellos denuncian que por encima de los límites legales.

Mientras tanto, trabajan en lo que pueden hasta que puedan ejercer su profesión. La estimación de las asociaciones formadas por estos colectivos, como la de odontólogos, es que unos 200 venezolanos en toda Andalucía están atrapados en la maraña burocrática.

Los pasos para convalidar un título como el de Odontología y poder trabajar en España son sencillos. Según la asociación de afectados consultada por ABC, hay que presentar la solicitud por vía telemática o en cualquier registro público de la Administración General del Estado, Comunidades Autónomas y determinadas Administraciones Locales para comenzar el proceso. Este debe alargarse un máximo seis meses, pero no es así.

Mervelin Betancourt comenzó el proceso el 1 de octubre de 2019 y aún no se ha resuelto. La resolución llegó dos años después para decirle que su homologación estaba condicionada a la previa superación de requisitos formativos complementarios.  

Tenía que cursar dos materias en la universidad y le daba dos años para sacarlas antes de denegarlo. Sin embargo, la asociación denuncia que este requisito no se ha pedido otros socios afectados por las demoras. Y ahí una queja que ha llevado a manifestarse en Madrid recientemente contra el Ministerio de Universidades.

El propio Defensor del Pueblo se ha pronunciado ante este problema, diciendo que llama la atención al Ministerio de Universidades por el «colapso» en la tramitación de homologaciones de títulos . Asegura que la quejas por este tipo de trámites en su oficina se duplican progresivamente cada año desde 2014,

Los atestado explican que la Confederación de Rectores Universitarios y el Ministerio de Universidades convocaron a todos extraordinamente para un examen celebrado el mismo día a la misma hora en toda España. El coste osciló entre 150 y 650 euros, dependiendo del lugar y si el centro era privado o público. Solo estuvo 'apto' el 0,5% de los 600 odontólogos que se presentaron. «Fue un examen a ciegas, sin bibliografía, sin objetivos claros, sin temario» , denuncia Betancourt, que lamenta estas trabas para trabajar.

Examen a ciegas

Mientras tanto sobrevive en Jerez de la Frontera con su familia trabajando de todo lo que sale. Ha sido teleoperadora o ha cuidado a personas mayores para llevar la comida a sus hijos. «Muchos estamos cobrando subsidios para vivir, cuando podríamos estar trabajando y pagando nuestros impuestos al Estado« , señala esta odontóloga, que dice que su hermana bióloga en Málaga tuvo que esperar dos años hasta que le homologaron su título y pudo encontrar un empleo con su titulación.

Como ella está Valeska Alcocer en Sevilla, que ha hecho prácticas de auxiliar en clínicas después algunos cursos en España, pero tiene en propiedad una clínica en Venezuela donde durante años fue odontóloga. «Vivo de ayudas y no tengo dinero para contratar abogados que resuelvan las situación. Siento que lo he perdido todo. No tengo autoestima porque me siento que no soy profesional de nada «, explica esta afectada, quien señala que su hermano también es licenciado y trabaja de repartidor en Glovo en Madrid esperando a que le llegue la resolución de su convalidación.

Han estado años estudiando y labrando un futuro como profesionales que ahora quieren que sean reconocidos. «No queremos ayudas, ni vivir de Estado ni que nos den nada. No podemos ser una carga para el país. Con mis 20 años de graduada y trabajando lo que quiero es contribuir, no que me ayuden «, concluye Betancourt.

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