HISTORIA
Torrijos vuelve a morir en las playas de Málaga
Reviven la historia en la playa de Mijas donde desembarcó el general, la llegada, la arenga y el fusilamiento en el Día de la Constitución
La historia les recuerda como aquellos que murieron por defender el constitucionalismo en España. En el día que se conmemora la Contitución de 1978, José María de Torrijos volvió a desembarcar en las costas de Málaga, como aquella mañana del 2 de diciembre de 1831. Los liberales volvieron a refugiarse en las playas de Mijas sorprendidos por el bergantín «Neptuno». «La recreación coincide con el Día de la Constitución por el temporal. El desembarco se suele hacer el mismo día de la efeméride, pero este año ha sido imposible. Nos pareció buena idea hacerlo hoy», aseguró Jesús Rivera , presidente de la asociación que recrea el pronunciamiento de 1831, y que encarna a José María de Torrijos en todas las actuaciones.
La arenga en el monte Guajarzo se hizo a pie de playa. Una alocución que con la que Torrijos lanzó a sus hombres a cruzar la Sierra de Mijas para proclamar la Constitución en Málaga, bajo lo que se llamó el plan «Viriato». Tras un largo viaje se refugiaron en la Alquería de Molina en Alhaurín de la Torre, donde fueron asediados y capturados por las tropas del Rey Fernando VII. «En próximas fechas vamos a recrear aquel asedio y captura en el mismo lugar donde se produjo», remarca Rivera, quien fue fusilado bajo el nombre de Torrijos en Mijas.
Es un día especial. Este año en las playas de Mijas no sólo se recrea el desembarco. «Se va a representar también el fusilamiento porque hay un pintor que va a hacer un cuadro», señala Rivera. Entre las curiosidades está que muchos de los participantes mueren de rodillas. «Fueron fusilados de rodillas» , explica uno de los guardias que apunta con el fusil a los sentenciados. Una posición que no aparece en el cuadro de Antonio Gisbert del Museo del Prado y que los recreadores corrigen para la ocasión.
Tras ser capturados el 5 de diciembre , pasaron a presidio en el Convento de los Carmelitas Descalzos de San Andrés. El 11 de diciembre, los 48 hombres serían conducidos a la playa de San Andrés, donde fueron fusilados sin juicio previo en dos grupos. Entre ellos estaba Robert Boyd, un británico fiel a Torrijos que aportó 5.000 libras para sufragar la campaña. Un dinero que, junto a los 100.000 francos del General Lafayette, sería empleado en el alzamiento con los 2.500 hombres que esperaban en Rincón de la Victoria para promulgar la Constitución en la capital.
Sobre la arena, los guardias apuntan a los liberales. Los ojos vendados y la bendición de los carmelitas son la última concesión. En el día que se conmemora la Constitución de 1978 en Mijas, un grupo de actores recuerda la sangre vertida en la lucha por la libertad. «Haremos el Réquiem de Torrijos en la Plaza de la Merced cuando llegue la efeméride de la muerte», recuerda Jesús Rivera, que volverá a encarnar al general ante su tumba.