Restricciones Andalucía

Torremolinos ante el cierre de negocios a las seis de la tarde: «Pagamos los platos rotos de otros municipios»

La ciudad con 43 casos por cada 100.000 habitantes tiene algunas de las restricciones más severas de Andalucía

Los vecinos paseaban por la plaza Costa del Sol aprovechando el buen día J.J.M.

J.J. Madueño

Es un buen viernes en Torremolinos, corre una ligera brisa y no aprieta el sol. Es un día primaveral con casi 20 grados que invita a salir a la calle para comenzar el fin de semana. Sin embargo, a las 18.00 horas todo, salvo los servicios esenciales, estará cerrado por la alta incidencia del virus en el distrito sanitario . Las terrazas de las cafeterías están montadas, tienen clientes sentados, los cafés o la cerveza está sobre las mesas, mientras charlan amigablemente. Torremolinos tiene una incidencia del coronavirus de 43 casos por cada 100.000 habitantes . Es una de las tasas más bajas de Andalucía, pero sus negocios están a punto de cerrar al seguir instalados en las duras medidas de la fase 2.

Los datos del distrito sanitario Costa del Sol están por encima de los 150 casos por cada 100.000 habitantes y, aunque Torremolinos está muy por debajo de esa ratio, tiene que cerrar. Las medidas se toman por distritos sanitarios y no por municipios . Eso penaliza a Torremolinos, como ha lamentado su alcalde, José Ortiz, en reiteradas ocasiones.

Es la forma en la que la Junta de Andalucía quiere controla la expansión del virus, pero eso tiene enervados a los trabajadores de los negocios . «Es injusto. Estamos pagando nosotros por aquellos municipios que tienen peores datos. Sí, nosotros pagamos los platos rotos de lugares como Marbella », asegura Francesco Morrone detrás de la barra La Rosa Azul.

Negocios cerrados en la calle San Miguel J.J.M.

Allí una pareja italiana llega al local, se baja una chica con altos tocones y vestido de colores. El encargo que trae para llevar son cervezas. Un cargamento para tomarlas después de las 18.00 horas, cuando el pequeño comercio y la hostelería están obligados a bajar la persiana en este municipio. Cargan San Miguel y Coronita en el coche y se marchan tras abonar la cuenta. «Los clientes empiezan a venir a las cinco y 45 minutos después los tenemos que echar» , justifica Morrone, que sirve un nuevo café a un cliente habitual antes de echar la persiana.

Mientras un hombre dormita esperando el autobús, Silvia Pérez organiza algunas piezas en la tienda de Zerimar en la plaza Costa del Sol. «No tiene mucha lógica que tengamos que cerrar a las 18.00 horas. Eso solo nos perjudica . Los clientes se van a Málaga, que tiene más contagios, pero están abiertos hasta las 21.30 horas», lamenta esta vendedora, quien dice que, además, esta práctica «supone un riesgo». «Van a un lugar donde el coronavirus está más activo que aquí, por lo que pueden enfermar» , añade Pérez.

Esta mujer cree que están pagando la alta incidencia que tiene el virus en otras partes de la Costa del Sol. «Los cierres y las medidas deberían ser por municipios y no en el distrito sanitario. Estamos pagando justos por pecadores », asevera esta chica, quien comenta la situación límite que está viviendo el pequeño comercio.

Las terrazas tenían personas tomando café antes de las 18.00 horas J.J.M.

Los vecinos explican que hay muchos negocios cerrados, que con las medidas restrictivas en el centro de Torremolinos, donde los alquileres son más caros, no están aguantando el tirón . En un simple paseo se comienza a encontrar locales bien ubicados, pero cerrados. «Todos los días cierra alguien» , apostilla Silvia Pérez. Carteles de «se alquila» o persianas bajadas, que brillan como los espejos del gimnasio donde sobre las cintas están corriendo algunos usuarios, que miran por los cristales a la joven que come un dulce con un café en una de las cafeterías de la plaza peatonal.

Niños que corren, juegan y patinan con adultos que comentan las «injusticia» de cerrar todo lo no esencial a las 18.00 horas. En uno de esos grupos está Aldo Díaz con un compañero y un proveedor de Nocchi Caffe. «Cerramos a la hora que sale la gente a merendar y a dar un paseo. Perdemos la caja fuerte del día, donde se hace dinero . Es el momento en el que hay quien se toma una copa y no sólo un café», señala este camarero.

Los efectos son prorrogas de los ERTE, cierres y empresarios que no ven la luz al final de este túnel, ni con la promesa de esas vacunas que no acaban de llegar. Aldo Díaz dice que, en su caso, a su jefe, se nota que le está costando mantener la plantilla al completo y que están sufriendo las reducciones de personal porque la merma de los ingresos. «No es comprensible que cerremos aquí y que tengamos que estar así, pero que abran en Málaga, que es el siguiente municipio y tiene más contagios que Torremolinos», lamenta Díaz.

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