Tribunales
El Supremo ratifica la absolución de cuatro policías locales de Marbella juzgados por la muerte de un detenido
Desestima el recurso de casación de la acusación particular y considera que la sentencia de la Audiencia Provincial de Málaga carece de todo reproche
El Tribunal Supremo ha confirmado el veredicto de absolución que la Audiencia Provincial de Málaga emitió para los cuatro policías locales de Marbella que fueron juzgados por la muerte de un individuo que falleció tras ser reducido en la calle.
Una década después de que sucedieran los hechos, el alto tribunal exime de responsabilidad alguna a los agentes J.C.B.P., A.B.L., R.M.G. y M.S.S. y desestima en el recurso de casación interpuesto por la acusación particular contra la resolución de la Sección Segunda de la Audiencia malagueña y le obliga al pago de las costas del proceso.
Según consta en la sentencia, con fecha 19 de octubre, y a la que tuvo acceso ABC, la Sala de lo Penal del TS tumba la argumentación de la acusación de que se produjo una vulneración de la tutela judicial efectiva y que no se aplicó el delito de imprudencia grave profesional con resultado de muerte a uno de los policías y el de omisión a los oros tres.
«En definitiva, lo pretendido por la parte recurrente es que se efectúe una nueva valoración de los hechos que arribe a una conclusión condenatoria », advierte el tribunal, que defiende el trabajo realizado por la Audiencia Provincial al «valorar toda la prueba practicada, sin obviar ni silenciar ningún extremo”, como defendía la acusación particular.
Los hechos sucedieron el 6 de febrero de 2006 , cuando la Policía Local marbellí recibió un aviso de que había un transeúnte en pantalón de pijama y descalzo que, bajo un gran estado de excitación, iba increpando a los ciudadanos. Los primeros dos agentes en llegar se toparon con él en la calle Camilo José Cela, al dirigirse al sospechoso éste –según consta en la resolución– comenzó a forcejear y tiró a uno de ellos al suelo. Con la ayuda de dos ciudadanos, consiguieron inmovilizarlo y ponerle los grilletes.
Seguidamente se incorporaron los otros dos policías que, sin percatarse de que el hombre estaba esposado, trataron de inmovilizarlo al ver que estaba muy agitado. Uno de ellos le puso la rodilla sobre el omóplato, mientras que el otro hizo lo mismo sobre las piernas. Transcurridos unos 30 segundos, el arrestado dejó de moverse.
«Nos encontramos ante una actuación policial legítima », señaló la Audiencia, que apuntó que la actitud violenta del fallecido –que iba «increpando y empujando» a los demás viandantes– justifica «el uso de la fuerza física» .
Sobre el hecho de que uno de los agentes colocara una de sus rodillas sobre la zona del omóplato del fallecido –el ciudadano belga L.F.H.W.– cuando ya estaba esposado en el suelo, insistió en que «no duró más de 30 segundos, quizás menos, y cesa al percatarse de que algo sucedía».
«De los informes periciales resulta probado, y así se ha declarado, que nos encontramos ante un caso típico de delirium agitado o excitado con muerte secundaria», influenciado por el consumo de «cocaína y alcohol». «La contención violenta fue una concausa necesaria, pero no suficiente, para producir la muerte» , señaló el tribunal malagueño, para precisar que los golpes y traumas que recibió L.F.H.W. cuando era reducido «no produjeron lesiones en órganos vitales».
También se hizo hincapié en que ningún testigo declarara que viese a los agentes golpear al fallecido contra el suelo ni tirarle de la cabeza hacia atrás cuando estaba esposado, como sostenía la Fiscalía en su escrito de acusación.
El Supremo determina que el tribunal actuó con «total honestidad intelectual, valorando todo el acervo probatorio de cargo y descargo». «El fallo se encuentra extramuros de toda decisión arbitraria» , insiste, para señalar que la intervención policial «carece de todo reproche» porque los agentes actuaron de acuerdo a los protocolos.
Se considera como «razonada» la decisión absolutoria emitida en primera instancia porque está «motivada y acorde a las pruebas practicadas, sin rastro de incongruencia o arbitrariedad».