Salvador Moreno Peralta: «La identidad de un pueblo se construye con memoria... y también con olvidos»
El arquitecto y urbanista malagueño advierte contra el revisionismo «de quienes no han estudiado la Historia»
Enciclopédico, melómano y un auténtico torrente. Salvador Moreno Peralta (Málaga, 1947) es un afamado arquitecto y urbanista, Premio Nacional de Urbanismo con el que no sólo se puede charlar de torres, zonas verdes o licencias. Lo abarca todo, desde la autoridad que le confieren una trayectoria coherente, un imponente poso intelectual y un sentido común que, por ejemplo, le hace recelar de quienes llegan a la política sintiéndose «vírgenes» sin haber estudiado Historia. ABC aborda con él la situación de la «nueva política»
—Su hijo luce por todo el mundo el Alborán que reconoce el marquesado de su padre, almirante. ¿Justicia poética en tiempos de memoria histórica?
—(RIsas). Digamos que llamarse Pablo Alborán es mucho más sonoro que Pablo Moreno. Pero yo tampoco oculto mis apellidos. En todos mis documentos aparece que soy Salvador Moreno de Alborán Peralta. Pero es que para firmar artículos es demasiado largo. Parecería una esquela de ABC...
—Sí se ha mostrado usted tremendamente beligerante con ese revisionismo tan en boga...
—Es algo verdaderamente terrible. Yo lo achaco a la que la generación que está en puerta de tomar el poder no ha leído la Historia. Las identidades de los pueblos se construyen con memoria, pero también con olvidos. Quieren quitar una placa a unas pobres monjitas. ¿Es que participaron en la represión? ¿Es que todos los que fueron militares fueron asesinos? La Historia no se repite. Pero no estaría mal que la gente supiera cómo se produjeron los hechos del 31 al 36.
—Estudio en el colegio madrileño de El Pilar, al que un conocido presentador de la Sexta trató de presentar como germen de un siniestro club de poderosos...
—Jordi Évole pinchó ahí en hueso. Era simplemente un buen centro que ofrecía una enseñanza liberal... en la medida de lo posible. Yo estudié con Savater. Más poderosos han salido de los jesuitas.
—¿Está el español en permanente búsqueda de enemigos?
—Hay comportamientos colectivos que dan susto. El español se mueve bien en el terreno de la antinomia y la dicotomía. El blanco y el negro. Estacazo y tentetieso. Para todo: el ladrillo es malo; el ciclista es bueno, todos los de la época franquista son malos. La única vez en la Historia donde ese juego de contrarios se resuelve ha durado 30 años. Y ahora viene una generación que no la aha estudiado y lo pone en duda. Es simpleme
—¿Concibe a Podemos en el Gobierno?
—Tarde o temprano llegarán al poder. Y recibirán entonces un máster de realidad. Sería bueno que al gobierno se llegara con los deberes hechos, pero en fin. Preguntémonos mejor por qué llegan. Hay motivos. El sistema de cooptación interno de los partidos tradicionales se ha pervertido. Se basa en la fidelidad perruna. Y no permite que haya líderes. Por eso hay ausencia total de ellos. No podemos tener, por no irnos muy lejos en el tiempo, ni un Felipe González ni un Aznar, qué vamos a pedir un Churchill. Y así pasa lo que pasa.