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Rifaat Al-Assad, el rey de Puerto Banús a un paso del banquillo de los acusados

La Audiencia Nacional investiga el patrimonio de la familia en Marbella, tras una operación de la Guardia Civil 2017 con varios registros

Rifaat Al-Assad en una imagen de archivo Archivo

J.J. Madueño

Las leyendas sobre Rifaat Al-Assad en las calles de Puerto Banús narran que «salió huyendo de Siria con un avión cargado de oro». Delante de un simple café con alguno de los comerciantes de este enclave saltan las historias y los mitos increíbles, pero en el trasfondo siempre queda algo de verdad, que en parte se recoge en el último auto de la Audiencia Nacional que pide procesarle junto a parte de su familia por blanqueo de capitales. Quizá aquel avión no fuera cargado de oro y el dinero «depredado» del Tesoro Nacional llegara a Marbella por otras vías, pero lo cierto es que el tío del actual presidente de Siria, Bashar Al-Assad, y que fuese vicepresidente del país bajo el mandato de su hermano, Hafez Al-Assad, está investigado junto a sus hijos y esposas por presuntamente lavar con la compra de más de 500 propiedades entorno a 695 millones de euros .

Se marchó de Siria en 1984. Según el último auto del juez José de la Mata, concertó con su hermano esquilmar alrededor de 300 millones de dólares a Siria . A este patrimonio «inicial» el magistrado suma otro obtenido una década antes de múltiples actividades delictivas como la extorsión, amenazas, contrabando, expolio de riquezas arqueológicas, usurpación de inmuebles y tráfico de drogas. Antes de ser bautizado como «El carnicero de Hama» . Human Right Watch lo cataloga como «genocida» en 1982 por comandar la represión de una revuelta contra los Hermanos Musulmanes con gas sarín. La operación militar costó la vida a 25.000 personas según Amnistía Internacional.

Dos años después huyó con un supuesto botín multimillonario para llegar a Francia y luego a Marbella. En Francia se le comenzó a investigar en 2016 por blanqueo de una fortuna procedente de malversaciones de fondos públicos. Las autoridades francesas aseguraron que acumulaba un patrimonio inmobiliario en Francia, Curazao, Lichtenstein y Luxemburgo de más de 90 millones de euros. Le imputaron encubrimiento de desvío de fondos públicos, blanqueo en banda organizada y trabajo disimulado en banda organizada. Es cuando siguieron el rastro hasta Marbella, donde la Audiencia Nacional recibió denuncia de la Fiscalía en 2016 y explotó una investigación en abril de 2017 con la Guardia Civil y la Policía francesa.

Un Ferrari en la zona de Benabola, controlada en un 51 por ciento por la familia Al-Assad F. SIlva

De ella se desprende que las primeras adquisiciones en Puerto Banús datan de 1986 con la compra de 244 plazas de garaje a través de una sociedad gibraltareña. En la actualidad sigue manteniendo un aparcamiento en la misma entrada del puerto. A raíz de ahí, fue invirtiendo hasta crear un imperio inmobiliario cuya joya sería una urbanización de lujo para grandes fortunas en Benahavís. El lugar elegido era la finca La Máquina, que compró enfrente de otra residencia de Adnan Khashoggi en 1988. Eran 3.300 hectáreas de bosque de pinos, ahora valoradas en 60 millones de euros . El problema fue que en 1989 la propiedad fue incluida dentro del Parque Nacional de la Sierra de las Nieves. Las negociaciones para desbloquear esta «ciudad siria» nunca llegaron a buen puerto.

El revés no le desanimó. Rifaat Al-Assad siguió invirtiendo, como en la finca del Ancón valorada en tres millones de euros. Propiedad que luego traspasó en plena Milla de Oro muy por encima de este valor. También la compra a una empresa saudí vinculada al multimillonario Eyad Kayali del 51 por ciento de toda la comunidad de Benabola , anexa a los muelles de Puerto de Banús y donde Rifaat Al-Assad fundamentó su poder. Los más veteranos le recuerdan paseando con su nutrida escolta armada por la zona peatonal que une el Hotel Benabola y el Hotel Park Plaza Suites. No iba al puerto, donde la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil registró un restaurante en 2017.

Al-Assad sólo se movía por su territorio, entre grandes medidas de seguridad, en parte por los tres atentados contra su vida que contabilizaba ya en esa época. Se movía siempre con una docena de hombres armados en formación. Cuando estaba en Marbella se sabía al pasar por el Gray of Albion, también de su propiedad. Los comerciantes del puerto aseguran que sabían que «el sirio» estaba allí por «el gran número de coches de escoltas que había en la puerta» al pasar hacia sus trabajos.

El hotel Benabola de Rifaat Al-Assad es el único hotel con vista a los muelles F. Silva

La zona entre el Gray of Albion, el Hotel Benabola y el Hotel Park Plaza eran sus dominios. En esas calles controlaba todo y la familia aún posee la mayoría de sus locales y controla la comunidad de vecinos. Allí se propuso aglutinar la mayor parte de los inmuebles disponibles con ofertas desorbitantes de cientos de millones de pesetas o por la bravas, como ocurrió en 1988. La hemeroteca recoge cómo la Policía abre una investigación por «actividades mafiosas» contra Rifaat Al-Assad a raíz de una denuncia de una propietaria de un restaurante por coacciones, amenazas y daños.

Un imperio económico que De la Mata no sólo atribuye a las actividades del patriarca. En los autos de la Audiencia Nacional se señala como supuestas partícipes en el blanqueo a sus dos esposas : Lina El Kayer y Raja Baraka. Se cita las actividades de sus hijos Mohammed Ali, que es quien más sociedades administraba, Siwar, Somar, Ribal, que tenía domicilio en Marbella, Mohammed Refa, Sabia y Natal. Todos con un perfil bajo en la zona y sin hacer grandes ostentaciones, según los comerciantes, que los califican como «gente de negocios» .

Sin embargo, la Audiencia Nacional se fija en su alto nivel de vida y cita en el auto que pide la apertura de juicio, tras la operación de 2017, el decomiso de tres embarcaciones vinculadas a la familia, la compra de un avión privado Boeing 727 , varios vehículos blindados y otros de alta gama. Todo bajo un patrimonio que en 2019 ha sido situado en Gibraltar, Suiza, Panamá, Jersey o Guernsey. Se reseña que en Reino Unido tienen, entre otras propiedades, la residencia privada más grande después del Palacio de Buckingham.

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