EXCLUSIVO
Los relojes de los príncipes de Mónaco se venden en Marbella
La firma DeMonaco ha desembarcado en Puerto Banús con piezas exclusivas que tienen precios que oscilan entre los 50.000 y 300.000 euros
Desde 2008, los príncipes de Mónaco, Alberto II Grimaldi y Charlène Wittstock, lucen en exclusiva los relojes de la marca DeMonaco, que ahora salen a la venta en la joyería Gómez y Molina de Marbella. «Es la primera vez que se venden estas piezas en España », explica Pim Koeslag, maestro relojero de la firma DeMonaco. La firma expone para la compra en Puerto Banús incluso el modelo La Sirène de oro blanco, zafiros, diamantes, perlas y rubís, valorado en 60.000 euros y que la casa suiza ha diseñado para la princesa monegasca. Es uno de los ocho modelos del 2017, año el que sólo se han producido 200 relojes a la carta. «Son únicos. La parte técnica de nuestros relojes es muy especial, creamos el movimiento de la maquinaria para que no exista ninguna igual», remarca Pim Koeslag, que asegura que sólo se fabrican «ediciones limitadas».
Son relojes exclusivos y hechos a mano para que no existan dos iguales en el mundo. «Los clientes deciden cómo quieren el reloj y se lo hacemos», reseña Koeslag, quien asegura que se puede tardar en ensamblar las piezas hasta tres meses, pero que la construcción completa puede llevar un par de años porque se fabrican todas las piezas que componen el reloj . Según el relojero, el precio depende de la complejidad de la maquinaria y de los materiales usados en el diseño y la construcción. La última colección tiene precios que oscilan entre los 50.000 y los 300.000 euros. Los más caros son los que incluyen un «tourbillon» , que es un mecanismo para compensar el efecto irregular que produce la gravedad sobre la marcha de los componentes que cuentan el tiempo. Este módulo, que se hace visible en la esfera como símbolo de exclusividad, evita las variaciones de tiempo con el paso de los años.
La exclusividad invita a las excentricidades, como un cliente tailandés que pidió que la esfera de oro blanco mostrara la silueta del templo Wat Arun de Bangkok. Lo que no varía nunca es la parte trasera de los relojes, donde se vuelve a mostrar de forma inamovible los vínculos con el Principado de Mónaco. La tapa trasera es de zafiro transparente y en su interior se puede ver de forma oscilante el escudo de la familia Grimaldi hecho en oro . Es uno de los símbolos identificativos de la marca, que fabrica sus lujosas piezas en Suiza y que tiene el sello de calidad del gobierno de Ginebra como garantía del reloj suizo. «Sólo cinco marcas tienen este reconocimiento», asegura Pim Koeslag, que también diseña el movimiento para contar el tiempo de los relojes para la marca Frederic Custom. «En total, para las dos marcas he creado 27 movimientos diferentes y únicos», señala Koeslag, que fundó esta firma de lujo junto con Peter Stas, presidente de Frederic Custom.
« Este es un punto de Marbella donde esperamos vender muchos de estos relojes », reconoce Koeslag, que se ha asociado con uno de los joyeros de cabecera de las principales fortunas árabes. Por la joyería Gómez y Molina, pasan sultanes, jeques, emires y los príncipes de Arabia Saudí que siguen llegando los meses de verano en Marbella. Asentada en la misma entrada de Puerto Banús, es una referencia en la compra de joyas, lo que ha hecho que la firma suiza se asiente allí atraída por el alto poder adquisitivo de sus clientes.