El rastro de un asesinato

Así llegó la Guardia Civil hasta la peligrosa una peligrosa red de «volcados» a narcotraficantes que mató a tiros a un hombre en Mijas

P.D.A.

Seis días después de que sus compañeros de la Guardia Civil de Mijas, con el apoyo de la Policía Local del municipio, interceptaran un vehículo con 32 kilos de cocaína y detuvieran a tres individuos que iban armados; los investigadores del EDOA de la Guardia Civil encontraban la vivienda que llevaban buscando desde entonces. El fuerte olor que emanaba de su interior no dejaba lugar a dudas, a pesar de que el inmueble era propicio para aquellos que no tengan buenas intenciones. Propiedad de un australiano al que se lo embargó el banco porque se fue a su país y dejó de pagar la hipoteca, permanecía cerrado a cal y canto. Como muchos otros pisos de la urbanización Riviera del Sol. Los agentes entraron en el domicilio y encontraron lo que esperaban. Frente a ellos, el cadáver maniatado y tiroteado de un ciudadano norteamericano vinculado con el narcotráfico que había caído en la trampa de sus asesinos . Una violenta banda formada por cubanos y colombianos, dedicada a robar a traficantes y que ha sido desarticulada en una operación que se ha saldado con 14 detenidos .

El éxito de esta investigación, que arrancó a finales de mayo, ha estado en el rastro seguido por los investigadores de las distintas pruebas y vestigios biológicos tomados en la escena del crimen. Un hilo del que se fue tirando con paciencia y que ha permitido, a través de las muestras de ADN , así como las huellas dactilares y de calzado, situar a los detenidos que estuvieron en el inmueble donde se halló el cadáver.

Fuentes cercanas al caso consultadas por ABC explicaron que el asesinado —de 34 años — «ya había negociado antes» con los presuntos autores de su muerte, por eso acudió «sin protección» a la cita para hacer la transacción. A pesar de su 1,90 y su complexión corpulenta, la banda consiguió reducirlo y maniatarlo con unas bridas. Tras hacerse con la droga que portaba , le descerrajaron tres disparos.

La víctima desconocía que la organización había estado siguiendo sus pasos desde hacía tiempo valiéndose de sofisticados medios tecnológicos como balizas GPS, cámaras que llegaban a ocultar en bombillas y disciplinados seguimientos en los que aplicaban tácticas de relevos como las empleadas por las fuerzas de seguridad. «Tenían su vida grabada», agregaron las citadas fuentes.

El líder del grupo, un individuo de origen cubano supuestamente vinculado con operaciones de drogas en Estados Unidos, dirigía a sus subordinados con mano de hierro. En este caso, le pagó una cantidad aproximada de 10.000 euros a cada uno, mientras que él se quedó con el cerca de millón de euros restante en el que estaba valorada la cocaína sustraída. Los investigadores sospechan que no sería el único delito de sangre que tiene a sus espaldas.

La inspección ocular aportó elemento que llevó a la identificación, uno a uno, de los presuntos criminales. Las bridas con las que maniataron al fallecido abrieron una línea de investigación, al igual que una bolsa de guantes que fue encontrada en la basura. Gracias a la información del código de barras, llegaron hasta el negocio en el que se vendió, cuyas cámaras de seguridad captaron —tres días antes del crimen— a las personas que lo adquirieron. El lote de las bridas, permitió rastrearlas .

Además, los expertos del Laboratorio Criminalístico lograron aflorar una serie de huellas dactilares que serían determinantes para fijar la posición de los distintos actores. Unos delincuentes que, en contra de lo que se pensaba inicialmente, se habían desplazado ampliamente a la zona para establecer anillos de vigilancia para alertar si llegaba algún coche patrulla. Lo que ocurrió es que en la huida fue interceptado el turismo en el que llevaban la cocaína.

La operación «Rencilla» se ha desarrollado en Málaga, Madrid, Toledo, Guadalajara y Torremolinos, municipio donde los agentes practicaron un registro en el que localizaron uniformes y placas de la Policía Nacional con la que los arrestados supuestamente practicaban «volcados» — robos— a otros traficantes .

En la Avenida de Carlos Haya de la capital malagueña, con la intervención de los GRS, fueron atrapados algunos de los acusados. Fue a finales de septiembre, aunque la autoridad judicial ha mantenido el secreto de las actuaciones hasta el miércoles.

El Instituto Armado precisó en un comunicado que, durante las dos fases en las que se articuló esta intervención, se ha practicado la detención de 14 personas, todas ellas de nacionalidad cubana y colombiana, de las que 13 han ingresado en prisión .

A esta red se le imputan los delitos de asesinato, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, pertenencia a organización criminal y falsificación de moneda, ya que en uno de los registros se incautaron de una maleta con 508.000 euros falsificados .

La investigación ha sido desarrollada de forma conjunta por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) perteneciente a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga y el Grupo de Drogas de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita.

En cuanto a los efectos intervenidos, en concreto, se encuentran 32 kilos de cocaína, valorados en unos 1.108.000 euros; siete vehículos, con un valor de 120.000 euros y 10.000 euros en efectivo. Además de tres armas de fuego cortas, una con silenciador.

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