Noventa cumpleaños de la revista literaria
El psiquiatra malagueño que conectó a Freud con el 27
La revista Litoral, en una nueva entrega dedicada a la locura, rescata la figura del 'freudiano' psiquiatra Miguel Prados, psicoanalista de Juan Ramón Jiménez y estudioso de la obra de Van Gogh
La figura del psiquiatra Miguel Prados (1894-1969) deudor de los postulados de Sigmund Freud resurge como un elemento tangencial en la historia creativa de algunos de los miembros de la Generación del 27 como Buñuel, Lorca o Dalí . Lo hace a partir del más que posible influjo de éste sobre su hermano menor Emilio, a la postre fundador de Litoral, la revista que fue uno de los primeros trampolines de lanzamiento editorial del grupo y que ahora en su 90 cumpleaños recupera su figura en un número dedicado a la locura.
El periodista Cristóbal González Montilla dibuja en las páginas de esta entrega la alargada sombra de este psiquiatra malagueño que no sólo financió en muchas ocasiones las aventuras literarias de su poeta hermano menor sino que se le supone correa de transmisión de los estudios que realizó el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, espita de obras tan célebres luego como 'Un perro andaluz' , por ejemplo.
Miguel Prados fue además de un reputado psiquiatra, psicoanalista personal del Premio Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez , y a su vez un investigador de la obra del pintor Van Gogh, del que dejó inédito un estudio. El mayor de los Prados también hizo que su hermano Emilio fuera el primero de los poetas del 27 en leer a Freud y en introducir los postulados de éste en la Residencia de Estudiantes de Madrid , por donde ambos pasarían y donde se contagiaría todo el grupo.
Su carrera, según narra González, se formó al lado de Ramón y Cajal y de grandes estudiosos de la mente en hospitales de Londres y Munich para luego estudiar Filosofía en Friburgo. Este Prados también dirigirá la jefatura del Manicomio Provincial del Hospital Civil de Málaga y tras su exilio en Cánada como profesor de Psiquiatría en Montreal fundaría la Sociedad Canadiense de Psicoanálisis desde donde protagonizó misiones para la Organización Mundial de la Salud.
El nuevo número de Litoral indaga en la locura, en «los años locos», «en la misma época en que Emile Kraepelin, inicia los estudios de la que sería la psiquiatría científica moderna. Y Emilio Prados y Manuel Altolaguirre dejaron señales evidentes de ese extraño extravío de la razón al concebir esta revista», justifica su director, Lorenzo Saval.
La misma aporta lúcidas indagaciones en la 'Melancolía española' que el escritor Andrés Trapiello cose a la figura de Don Quijote o que Rosario Crego disecciona en lo onírico de la obra de El Bosco . El Marqués de Sade por Leopoldo María Panero, la aparición de esta en obras de Shakespeare, Nietzche, Poe, Woolf o Burroughs abrevan un número que también recoge los retratos de otros célebres escritores de manicomios y de episodios célebres de artistas en procesos de demencia o de suicidio.
La fructífera alimentación de las drogas y los estados mentales perturbados para crear o la enajenación amorosa para lo mismo marcan otros de los bloques de esta revista. En su última parte, Litoral también traza vinculaciones del mundo de la irracionalidad con el cine, a cargo de Juan Maldonado o de la música con sendas aproximaciones de Jacobo Gómez o de Juan de Dios García .