Dos policías salvan a una bebé en Málaga: «Impacta ver a una niña tan pequeña que no responde»
La patrulla iba a un aviso por un cliente que no quería pagar en un bar de Málaga, cuando les pidieron socorro para salvar a una menor de un mes
Los había comisionado para dirimir una disputa en un bar de Pedregalejo, una barriada de Málaga capital. Se dirigían al establecimiento donde un cliente se había negado a pagar la cuenta, según la llamada recibida en la Sala del 091. Iban hacia la dirección indicada por el alertante, cuando de un pequeño barecillo salió un hombre reclamando su atención. «Pensamos que era el aviso al que íbamos, pero esta persona nos dijo que había bajado una mujer con una niña que no respondía y que necesitaban ayuda», explica Óliver Gómez, uno de los dos agentes que este pasado martes a las dos de la madrugada han salvado la vida a una menor, de algo más de un mes de vida , que había dejado de respirar.
Salieron del vehículo y corrieron al piso que les indicaba aquel hombre. Al entrar, encontraron a dos padres desesperados, hablando con el 061 en manos libres, con una bebé que estaba morada porque no podía respirar y tratando de reanimarla. «Impacta mucho ver a una niña tan pequeña que no responde» .
Mientras uno avisaba a la Sala de lo que ocurría e informaba de que daban prioridad a este aviso espontáneo, el otro policía se puso manos a la obra siguiendo las indicaciones del 061. «Fueron momentos de tensión. No pensamos, sólo actuamos», señala el agente, que se puso a hacer la reanimación cardiopulmonar a la niña, mientras su compañero Rubén Segura comprobaba la respiración de la pequeña. «Por el coronavirus, era el padre quien le insuflaba aire» , afirma el policía.
Los segundos se hicieron minutos, intentando que la pequeña respirara, insistiendo en la ambulancia y sin parar de masajear el corazón, insuflar aire y comprobar la respiración. Así hasta que la bebé emitió un pequeño ronquido y comenzó a tomar un color rosáceo . Abrió los ojos y, cuando llegó el 061, comprobó que la niña estaba bien.
«Por el coronavirus, era el padre quien le insuflaba aire»
«Nos dieron la enhorabuena por la intervención», señala el agente, que dice que los sanitarios le insistieron en que este tipo de asistencias salen bien si las cogen a tiempo, mientras en la casa se pasó de la tensión a la euforia. «Los padres nos daban las gracias , lloraban y nosotros estábamos muy contentos, eufóricos», recuerda el agente, quien señala que, después tuvieron un momento de bajón al haber descargado tanta adrenalina en la intervención. «En el coche estuvimos unos minutos que no hablábamos entre nosotros , costó comentar la intervención», asegura Gómez.
Fue un momento para volver a la realidad. De la casa de aquella niña a la que salvaron de morir atragantada con una bocanada de leche se marcharon a Comisaría. «Volvimos para dar las novedades de la intervención que habíamos hecho, pero no habíamos acabado y ya nos estaban llamando otra vez . Fue una noche movida, para ser principio de semana», recuerda el agente que, con su compañero, pasó de salvar a la niña a rescatar a una joven que se había desplomado en un paso de peatones, para luego ir un supuesto a asalto a un domicilio y acabar con una pelea entre indigentes. «A las siete menos algo paramos en una gasolinera para comprar agua, porque no había bebido desde hacía la primera intervención», señala Óliver Gómez, que estaba con sus hijos antes de volver a entra con Rubén Segura de servicio a las 22.00 horas.