Compañía de títeres
Peneque, el joven héroe de trapo andaluz, cumple 60 años
La popular marioneta nació en 1959 como estrella de una compañía de títeres malagueña
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Al ver al mago Fumanchí los niños gritan: «Peneque, Peneque, ¿dónde te metes?» . Entre la algarabía infantil sale un pequeño héroe de cartón y fieltro de unos 50 centímetros que irrumpe en un pequeño escenario para hacer justicia y que el bien se imponga sobre los malos. Es Peneque «El Valiente», un títere andaluz que cumple 60 años desde que Miguel Pino lo imaginara y lo hiciera una realidad.
El secreto de por qué eligió ese nombre se lo llevó a la tumba, pero gracias a las manos de sus hijos el personaje sigue viviendo aventuras. La marioneta sigue cumpliendo sueños en las manos de sus hijos, Miguel y Antonio, junto a Isabel Hurtado, que es «Tina Martina» en esta tradicional compañía malagueña de teatro infantil.
Cada cierto tiempo, Peneque, como buena estrella veterana, tiene que pasar una restauración para seguir brillando como cuando fue creado en 1959.
Representando desde entonces un mundo de fantasías cada vez que salía del interior de una maleta llena de ilusiones e historias inventadas. Narraciones que se renuevan cada año y que en este 2019 lleva por título «Peneque, el sueño de los títeres. 60 aniversario». Un tiempo en el que las generaciones se van sucediendo.
Desde 1959 los espectáculos se han ido renovando pero fieles al espíritu primigenio
El creador murió hace nueve años , pero sus hijos se ocuparon de la compañía. Era lo que habían mamado en casa. El oficio que aprendieron desde la cuna. «Recuerdo de pequeño estar junto a él en el teatro con la maleta donde se guardan los títeres», asegura Antonio, que ahora lleva a su hijo siempre que puede, para que aprenda los secretos de una forma de entretenimiento que se adentra en la historia más antigua del teatro.
Heredero de Polichinela
El personaje es la herencia más antigua de las marionetas, como recuerda Antonio Pino, que evoca una tradición de teatro infantil que arranca hace 500 años en Nápoles como Polichinela. «Un primo lejano», apunta el titiritero, que narra la historia de aquel mito de cartón que viajó invitado a una boda en Inglaterra y cautivó a toda Europa a su paso. En España también se asentó y Miguel Pino padre adaptó esa tradición asentada en España con el tiempo y con referencias al Quijote o en el andaluz Federico García Lorca , para crear un minúsculo salvador malagueño sin miedos.
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Se consideran los herederos de todo eso, pero con un objetivo único: sacar una sonrisa. «Es una responsabilidad cuando viene un abuelo con su nieto y, en la era de la tecnología, donde se da todo mascado, de pronto llega nuestro pequeño teatro de ilusiones y les deja cautivados», explica Antonio Pino , que considera un premio impagable que generaciones tan distantes «disfruten con lo mismo». «Eso es un valor para toda la familia» , afirma Pino, mientras saca a Peneque de su pequeña guarida convertida en bolso para recoger la enésima distinción. En este caso ha sido la «M de Málaga», que les ha otorgado recientemente la Diputación por difundir la difusión de la cultura popular malagueña.
Los titiriteros introducen en sus historias episodios históricos y cultura popular
Lo hicieron con obras como aquella que destacaba la figura de Bernardo de Gálvez , el héroe malagueño de la Independencia de Estados Unidos cuyo retrato luce en el Capitolio recordando sus campañas con George Washington.
Las aventuras de Peneque comenzaron sin música , puesto que los medios técnicos lo impedían. Y está ahí el cambio más sustancial en los últimos 60 años. «El espectáculo es en directo y solo requiere técnica en algunas pistas musicales», afirma el titiritero, quien recuerda cómo se incorporó primero el casete y ahora se lanza con un ordenador, «pero lo que es la voz y todo su personaje es en directo».
Sigue imperturbable el carácter de Peneque, que le lleva a ser «el defensor de los buenos» . Desde hace 60 años, y por muchos más, seguirá poniendo en su sitio a la Bruja Pelos Blancos, a Fumanchí o al Pitata Cara Tuerta.