Parricidio en Málaga
Más de 30 años de cárcel para la mujer que mató a su padre y quiso asfixiar con gas a sus sobrinos porque «oía voces»
Tras asesinar a golpes a su progenitor, acostado en un sofá, también hirió a su madre con un cuchillo y dejó una bombona abierta donde dormían los niños
Ha sido condenada por un delito de asesinato, cuatro tentativas de asesinato y lesiones
Dijo ante el juez y el jurado que la ha condenado que no recordaba los hechos , pero era consciente de haberlos cometido. El tribunal la ha condenado a 30 años, cuatro meses y 19 días de cárcel . Son unos hechos largos de contar en una sola frase, pero ahí van. Mounia D.M. , mató a su padre a golpes cuando dormía, la emprendió a cuchilladas con su madre hiriéndola y salió de la casa tras dejarlo todo preparado para que murieran también sus tres sobrinos, dejando abierta una bombona de butano . Pudo haber sido una masacre.
En concreto, la mujer ha sido condenada a doce años de cárcel por el asesinato de su padre, con el agravante de parentesco; a cinco años, siete meses y 16 días por un delito de tentativa de asesinato , además de otros 18 meses por un delito de lesiones , las producidas a su madre; y finalmente a tres años, nueve meses y un día por cada una de las tres tentativas de asesinato en la persona de sus tres sobrinos .
La Fiscalía , durante el juicio que se celebró el pasado mes de diciembre, había pedido un total de 57 años de cárcel . El jurado popular la declaró culpable por unanimidad.
Durante el juicio, la mujer ahora condenada reiteró el argumento que ya ofreció a la Policía cuando fue detenida horas después de cometer el sangriento crimen: escuchaba voces dentro de su cabeza que le impelían a hacer daño. «Tienes que matar a la gente« , le decían, según afirmó su primer abogado a ABC horas después de que se cometieran los hechos.
La sentencia considera probado que Mounia, un día del mes de julio en que se había quedado a dormir en casa de sus progenitores, atacó a su padre mientras dormía en un sofá , propinándole tal cantidad de golpes que murió a los pocos minutos .
Después, se dirigió a la habitación donde dormía su madre y aprovechándose de que no pudiera defenderse, armada con un rodillo y un cuchillo la hirió en varias partes del cuerpo .
Pero Mounia no había terminado aún su macabra acción. Fue entonces cuando se dirigió al salón donde dormían sus tres sobrinos, de 4, 6 y 10 años, colocó allí una bombona de butano y le cortó la goma que unía el regulador tras abrir la espita de forma que el gas fue invadiendo la estancia.
Pudo haber sido una catástrofe. Pero por suerte el niño mayor se despertó y, alarmado por el fuerte olor a gas, fue en busca de su abuela herida, que los sacó rápidamente de la casa.
El fallo sí recoge que la condenada presentaba « ideas y alteraciones del estado de ánimo que disminuían de forma moderada su apreciación de la realidad, su conciencia y voluntad«. Los peritos que examinaron a la parricida concluyeron durante el juicio que la acusada sufría una »depresión prolongada que le llevó a querer hacer la acción conocida como suicidio ampliado «. Entendían que sus capacidades estaban »parcialmente alteradas pero no anuladas«. En la sentencia, se recoge la atenuante de trastorno psíquico.
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