ECONOMÍA

El ocaso de la hípica en la Costa del Sol

El hipódromo de Mijas, viejo polo de atracción para las fortunas asentadas en el litoral, aguarda su liquidación

Las instalaciones del hipódromo de Mijas han finalizado su temporada de Otoño J.J.M.

J.J. MADUEÑO

Sus focos brillaban en las noches de verano a kilómetros de distancia. Era un referente de ocio para los visitantes más ilustres de la Costa del Sol, pero el hipódromo de Mijas ha caído en desgracia en los últimos años. « Llegó a ser, por afluencia, el principal hipódromo de España . Todas las fortunas que vienen en verano a esta parte del litoral andaluz, principalmente a Marbella, lo tenían como su lugar de recreo», asegura Antonio Maldonado, gerente de Recursos Turísticos de Mijas, gestora municipal del hipódromo cuando era un hervidero de la «société». Desde su marcha, todo ha sido decadencia. Un ocaso que lleva a un incierto futuro de una infraestructura regida por el actual alcalde de Mijas, ahora Juan Carlos Maldonado (Ciudadanos), presidente del consejo de administración llamado a dar la puntilla a la agonía.

En 1999 se inauguró como una idea que aportaba un plus a la oferta de ocio de lujo de la costa. «No era el ambiente habitual de los hipódromos de señores estirados. En Mijas estaban las fortunas británicas, nórdicas, árabes y también las españolas, pero en un escenario de esparcimiento donde las carreras eran una mera excusa para encontrarse», recuerda Antonio Maldonado, que también fue alcalde socialista de Mijas. « El Ascot de la Costa del Sol . Era habitual toda la jet-set», añade el ex gerente, que ahora se encuentra trabajando en China y recuerda que el volumen en las apuestas superaba el millón de recaudación.

Pero de aquello poco queda ya. Todo se truncó. Desde el principio era un proyecto lastrado por las leyes contra las apuestas . La viabilidad era complicada. «La Junta de Andalucía no permitía las apuestas externas. Era imposible algo tan sencillo como apostar por teléfono. Sólo podíamos hacer apuestas internas», señala Maldonado. « Los que se forraron fueron los gibraltareños , que sí podían organizar apuestas telefónicas», apunta el ex gerente, quien reseña que la primera publicidad que se contrató en el recorrido mijeño fue de una casa de apuestas de Gibraltar. «El propio ministro José Antonio Alonso (PSOE) se extrañó de esa publicidad cuando visitó el hipódromo, pero era más rentable tener esas compañías publicitadas que esperar a los ingresos que generábamos nosotros con el juego», indica.

Pese a todo, la infraestructura funcionaba. Las carreras se sucedían. El hipódromo era viable por la financiación estatal y por un destino que permitía generar una idea de negocio única entorno a la hípica. Las noches estivales en Mijas eran un espectáculo ecuestre de primer nivel. «La subvención para las carreras se repartía a través del hipódromo de La Zarzuela, que se quedaba con una parte a modo de canon por gestionar. Esto supuso una pérdida de ingresos y todo comenzó a tambalearse», recuerda Antonio Maldonado, quien explica que este tipo de eventos eran viables «gracias al dinero que aportaba Loterías del Estado para los premios de las carreras».

La segunda zancadilla fue cuando la Asociación de Hipódromos, controlada por La Zarzuela, decidió que las carreras nocturnas de verano se harían en Madrid tras ver el éxito de la Costa del Sol. La puntilla al sueño hípico se la dio la decisión de la Justicia de prohibir al Estado pagar los premios de las carreras. « Cuando perdimos esa financiación le dije a Ángel Nozal (PP), entonces alcalde de Mijas, que no seguía y que no había futuro », recuerda.

Auditoría

Desde entonces todo ha empeorado. Aquella dimisión llegó hace tres años y el hipódromo sólo ha tenido desde aquella fecha malas noticias. Las noches de carreras no sólo no han vuelto, sino que las aperturas se hacen en contadas ocasiones. Es un fantasma que añora los tiempos en el que el suelo temblaba con los purasangres. En el último tiempo, el Ayuntamiento de Mijas ha anunciado una auditoría sobre la contabilidad del hipódromo ante la sospecha de una pérdida de 3 millones euros . Las sombras se ciernen sobre lo que fuera la estrella estival, no sólo en Mijas, sino en todo el litoral.

«Hemos recibido un cadáver», sentencia Juan Carlos Maldonado, actual alcalde de Mijas, quien desglosó las pérdidas de la empresa gestora, Recursos Turísticos de Mijas, con 530.000 euros en 2011, 801.000 euros en 2012, 603.000 euros en 2013 y 1,7 millones de euros en 2014. Una compañía pública que en la actualidad está en el limbo y de la que nadie quiere hacerse cargo. Nadie tiene información sobre la situación actual y la pelota vuela entre el Consistorio y los nombrados liquidadores administrativos. El Ayuntamiento asegura que la empresa está en fase de liquidación y que los terrenos tienen un valor de 30 millones de euros. El sueño hípico de las noches de la Costa del Sol es sólo hoy un amargo recuerdo .

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