El número uno de Vox en Torremolinos pone en manos del partido su acta como concejal tras el escándalo del Orgullo
Antonio Sevilla ha expuesto ante la Ejecutiva Provincial sus «errores cometidos», asumiendo «la responsabilidad» pero la formación respalda su continuidad
El Orgullo de Torremolinos ha creado una crisis dentro de Vox en el propio municipio. La concejala electa que asistió al despliegue de la bandera LGTBI en el balcón del Ayuntamiento, Lucía Cuín , ha abandonado el partido pero no el asiento. Ahora, el número uno de la lista y coordinador de la formación en el municipio, Antonio Sevilla, ha anunciado que asume «la responsabilidad» y sus «errores cometidos» por lo que ha puesto en manos de la Comité Ejecutivo Provincial su acta de concejal y su puesto como coordinador de la formación en el municipio.
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Los afiliados y simpatizantes de Vox ya tienen las explicaciones que exigían. Sevilla les citó el pasado sábado para mantener una reunión sobre el escándalo que ha salpicado a la formación liderada por Abascal. «Buscamos siempre un culpable y, en este caso, está claro que el culpable es solo una persona , la que realiza los hechos» han publicado desde el partido en su página oficial de Facebook en un «breve resumen» para aquellos que no pudieron asistir al encuentro.
En la política se da que aparte del culpable está el responsable y, en este caso,
el responsable único
y final de todo lo sucedido ese solo uno; yo
«En la política se da que aparte del culpable está el responsable y, en este caso, el responsable único y final de todo lo sucedido ese solo uno; yo». Así, Sevilla reconoce sus «errores», poniendo en manos del el partido la última palabra sobre su cargo en el Ayuntamiento de Torremolinos.
Para el cabeza de lista, el acta «aunque legalmente es personal, moralmente pertenece a los más de 200 afiliados de Torremolinos (...) y a los 1850 votantes», quienes, en los comentarios, ha demostrado el apoyo que le ofrecen a Sevilla, al igual que el Comité Ejecutivo Provincial, que no ha aceptado su dimisión .
Vox sigue señalando a Lucía Cuín , quien ha manifestado que su asistencia al evento fue a título personal pero, sin embargo, realizó declaraciones en nombre del partido y se encontraba en el balcón en el momento del despliegue de la bandera. Junto a ella, representantes de asociaciones pertenecientes al colectivo y concejales del municipio, no había mero espectador alguno.
«Fue una encerrona de Ciudadanos y PP»
En una entrevista a este periódico, Cuín aseveraba que la foto fue «una encerrona de Ciudadanos y el PP» pues ella se encontraba en un segundo plano en el balcón y fueron ambas formaciones las que le «azuzaron» para hacer la foto del posible pacto. Además, acusa a sus excompañeros de «ataques» y de no haber recibido «apoyo interno» . «Al principio, el número uno me dijo que me entendía, después no he sabido nada más de él».
Pese a las «presiones» que declara estar sufriendo, Cuín no va a entregar el acta de concejal porque Torremolinos «ha sido uno de los municipios donde Vox ha sacado uno de los mejores resultados de la provincia. No considero que sea por mí, pero le he pedido el voto a muchísima gente, entre ellos, a amigos homosexuales».
Pese al escándalo que ha azotado a Vox, los dos primeros concejales que concurrieron en sus listas tendrán un sillón en el Pleno. Sevilla por tener el respaldo de la formación y Cuín por no soltar el acta, pese haber abandonado las filas. Ambos, junto con los otros dos concejales electos de Ciudadanos, tendrán el peso suficiente para entregar el Consistorio al alcalde socialista en funciones, José Ortiz , o al PP de Margarita del Cid .