Laboral

Un negocio «indigesto»

La cafetería de la Comisaría Provincial de Málaga se une a la larga lista de concesiones a Global Food que quiebran

La cafetería de la Facultad de Telecomunicaciones de Málaga también ha tenido problemas FRANCIS SILVA

Pablo D. Almoguera

La imagen de la cafetería de la Comisaría Provincial de Málaga es desértica. Ni un solo agente a pesar de ser la hora del desayuno. Y así desde hace semanas. Es un gesto de solidaridad de los policías con los empleados ante los continuos impagos de la empresa concesionaria encargada de prestar este servicio. Una firma, Global Food Management , que está al frente de establecimientos similares en distintas provincias del país y cuyos trabajadores están al borde de la desesperación. No sólo por no cobrar, sino también porque tienen la sensación de que «están dejando caer el negocio». «Esto es lo que hay. Cuando se acabe, no podremos servir nada» , explica uno de los afectados mientras muestra una estantería con varios botes de zumo, algunas bolsas de infusiones y una máquina de café que «no funciona».

Es el enésimo incumplimiento de una compañía que se creó en 2010 con más de un centenar de empleados, según consta en el registro mercantil, y que en la actualidad se encuentra al borde del abismo.

El caso de la cafetería de la Comisaría Provincial de Málaga es el último, pero en poco tiempo se han sucedido noticias sobre impagos y rescisiones de contratos obtenidos en provincias como Jaén o Sevilla . Uno de los más llamativos se produce en la localidad jiennense de Siles y tiene como escenario una residencia de ancianos cuyos 22 empleados se enfrentaron la semana pasada a un acto de conciliación para intentar cobrar todo lo que se les adeuda desde que arrancó el año.

Otro de los sonados se supo el pasado mes de mayo y afectaba al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes ( CETI ) de Ceuta, cuyos proveedores dejaron de suministrar productos debido a los impagos que acumulaba Global Food Management. Pocos días después, era la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de la capital malagueña la que acordaba la extinción del contrato que obtuvo la empresa para elaborar los menús que se entregan en el Centro Municipal de Acogida . Medida que adoptó por los «reiterados incumplimientos».

Los trabajadores del bar de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla se pusieron en huelga al no percibir sus salarios y llegaron al acuerdo de quedarse con la recaudación de la caja para levantar la protesta. Mientras que la Universidad de Málaga, directamente, optó por no renovar la concesión de la cafetería de Informática por las quejas de los usuarios . La Delegación de Hacienda en esta ciudad valorará en septiembre si rompe el contrato.

Con estos precedentes, los trabajadores de las nueve concesiones que la firma tiene en Málaga se encuentran poco esperanzados en encontrar una solución a su complejo futuro laboral. «No cobramos, pero tampoco podemos dejar de venir a trabajar para que no lo utilicen y esgriman un despido procedente», señalan, para agregar que tampoco pueden desempeñar su labor con normalidad por falta de productos . «En “Teleco”, donde se estaban realizando exámenes de Selectividad, no había ni botellas de agua», apunta una empleada, mientras que un compañero añade que la cafetería de la Comisaría Provincial malagueña «lleva meses sin cocinero ».

Desde su sede en Málaga, la compañía ha ido haciéndose con contratos similares a lo largo de todo el país y con instituciones de todo tipo: ministerios, diputaciones, universidades o residencias. Contratos para cuya obtención debía presentar un aval económico , por lo que las fuentes consultadas no se explican qué ha podido ocurrir.

«No nos dicen nada porque directamente no nos cogen el teléfono », es la confesión que hace otra afectada, que no entiende el «ocultismo» de la empresa, cuyas promesas dejaron de creer hace tiempo.

Otra trabajadora afirma que «nos están dividiendo», pero ya han solicitado asesoramiento sindical para emprender las acciones necesarias para aclarar una situación que otro empleado resume de la siguiente forma: «Desde que estoy aquí, ni un solo mes he cobrado la cantidad estipulada en el día acordado» .

Este periódico ha intentado ponerse en contacto en reiteradas ocasiones con los responsables de Global Food Management sin obtener respuesta.

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