El Museo Carmen Thyssen de Málaga se viste con las máscaras de Goya, Picasso o Modigliani

La nueva exposición temporal, inaugurada cuatro meses después de lo previsto por la pandemia, reflexiona sobre el rostro y la figura humana con un centenar de enigmáticas obras de artistas de entre finales del XIX y mediados del XX

La obra «Chico con chistera», de Walt Kuhn Francis Silva

Pablo Marinetto

Su inauguración estaba prevista para el mes de marzo, pero la declaración del estado de alarma obligó a posponerla. Finalmente, este martes el Museo Carmen Thyssen de Málaga abre las puertas de su nueva exposición temporal, patrocinada por la Fundación Unicaja.

Hasta el próximo 10 de enero se podrá disfutar de «Máscaras. Metamorfosis de la identidad moderna» . Una exposición de producción propia del Museo que, casualidades de la vida, hará que los asistentes se mimeticen en cierta medida con las obras. No llevarán máscara, pero sí mascarilla.

La muestra, con un recorrido de dos años y medio de trabajo, es fruto de una colaboración con más de cuarenta prestadores , entre coleccionistas privados y museos nacionales e internacionales, cuyos fondos dan forma a una reflexión en torno al retrato y la representación del rostro y la figura humana en el arte moderno . Las máscaras son el hilo conductor de la exposición, abordadas como un elemento que en las artes visuales va más allá de su tradicional vinculación al carnaval y al teatro.

Un total de 103 obras , entre pinturas, esculturas, dibujos, grabados, fotografías y piezas etnográficas sacan a relucir el uso de la máscara por artistas de entre finales del siglo XIX y mediados del XX. «Más que abordar la máscara como objeto, se centra en el individuo, la ambigüedad y el disfraz», ha explicado en la presentación la directora del Museo, Lourdes Moreno , quien comisaria la muestra junto al profesor titular de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad de Málaga, Luis Puelles .

Máscaras de la Colección Sánchez-Ubiría F. Silva

En la primera inauguración tras la pandemia, el equipo del Museo ha reunido piezas de Goya, Ensor, Gutierrez Solana, Gargallo, Maruja Mallo, Picasso, Derain, Julio González, Oteiza, De Chirico, Modigliani o María Blanchard. Creaciones que configuran un recorrido que huye de lo cronológico y lineal para centrarse en las afinidades conceptuales entre artistas y obras .

Así, se identifican y exploran tres grandes temáticas. Por un lado, la máscara como objeto físico que se superpone al rostro, heredera de su función y uso lúdico y festivo. Aquí Goya reclama su lugar como el primer pintor en abordar el mundo de los sueños y lo oculto.

El segundo tramo se centra en la asimilación de los rasgos de las mácaras por parte de los rostros en obras de vanguardia el estudio para «Trois femmes» de Pablo Picasso o «Cabeza de frente», de Modigliani.

La última sección gira en torno a la fusión de rostro y máscara y la consiguiente pérdida de la individualidad. Es, precisamente, el capítulo de la exposición que deja una puerta abierta a otras investigaciones. «Se constata que el autor no está obsesionado con el retrato físico , sino con mostrar la ambigüedad del mundo contemporáneo; la máscara sustituye al rostro», ha apuntado Moreno, como ocurre en «Mujer con vestido rojo», de María Blanchard o «Chico con chistera», de Walt Kuhn.

Estudio para «Trois femme», de Pablo Picasso F. Silva

Siguiendo este discurso, las salas de Museo acogen obras con máscaras grotescas , teatros en los que se confunde a los actores con espectadores enmascarados, carnavales, naturalezas muertas, máscaras rituales y totémicas sobre rostros vanguardistas, maquillajes exagerados y caretas con vida propia .

«La exposición es rara, llena de hallazgos», ha subrayado Luis Puelles, que ha destacado la «honestidad» de la muestra y la ausencia de prejuicios. Según el comisario, «no va más allá de donde puede llegar, ni vende lo que no tiene; es una exposición con grandes nombres, pero sobre todo con grandes obras» .

Piezas que a la vez configuran toda una clase de antropología , que desenvuelven los conflictos de la condición humana. Los autores protagonistas se sirvieron de las máscaras para indagar sobre la identidad humana en un contexto de profundos cambios y crisis que acabo rompiendo con los cánones tradicionales del arte.

Entre los prestadores que han hecho posible la exposición se encuentran coleccionistas e instituciones como el Centre Pompidou, El Musée Picasso París, el Musée National Fernand Léger, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza o el Museo Nacional del Prado.

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