Muchas incógnitas y una certeza tras el rechazo de un preso a salir del penal: no está haciendo ningún curso

Es un misterio al que no se le conoce respuesta. La Justicia decidió que uno de los presos de la prisión malagueña de Alhaurín de la Torre debía ser liberado , pero el reo recurrió la decisión. Quería quedarse entre rejas. Decía que estaba haciendo un curso de formación y que quería acabarlo, porque era muy caro y no tenía recursos para poder terminarlo en la calle. La sorpresa en la sede judicial fue mayúscula y más aún en la penitenciaría malagueña al conocer la noticia, ya que allí no consta que este preso este haciendo ningún curso. «No está haciendo ningún curso» , aseguran fuentes de instituciones penitenciarias a ABC, que explican que «ese preso no tiene pendiente ningún curso actualmente». Entonces, ¿por qué no quiere salir de la cárcel?

La excusa del curso de formación es descartada por Prisiones. «Actualmente no tiene ningún curso en vigor, ni pendiente, ni tampoco solicitado », señalan las mismas fuentes de instituciones penitenciarias, que apuntan a la posibilidad de que el propio reo «haya manifestado que quiere hacer alguno» ante la Audiencia Provincial de Málaga. Pero ese hecho tampoco resuelve el misterio del preso que no quiere salir de la cárcel y sobre el que pesa una orden de expulsión del país desde 2009 , porque cuando cometió el delito por el que está en la cárcel se encontraba de forma ilegal dentro de España.

Lo poco que ha trascendido de este peculiar recluso en Málaga es que es natural de Bolivia y que tiene 36 años. Se encuentra en prisión preventiva y está a punto de cumplir los dos años que marca la ley en esta situación. Por esta razón, la Audiencia de Málaga decidió que debía pasar a estar en libertad provisional, hasta que el Tribunal Supremo decidiera si ratificaba o no la condena de cuatro años de prisión que tiene impuesta por abuso sexual .

Según fuentes judiciales, el reo fue juzgado porque en la madrugada del 29 de noviembre de 2015 en su piso de Vélez-Málaga entró en la habitación de una de sus compañeras, se desnudó, se introdujo en la cama con ella y abusó de la mujer. La joven se despertó al sentir dolor y lo apartó bruscamente, al tiempo que le dijo que saliese de su habitación. El recluso siempre admitió lo sucedido y le envió a su víctima un mensaje telefónico en el que le pedía perdón y mostraba su vergüenza por lo ocurrido. En la sentencia por ratificar se incluye que no puede aproximarse o comunicarse con la víctima por cualquier medio durante cinco años, así como la medida de libertad vigilada durante ese mismo período, tras el cumplimiento de la pena privativa de libertad.