«Master Chef» para los niños de la «jet» marbellí

Algunos a duras penas llegan a subirse en el taburete para poder llegar a la mesa de la cocina, pero ya manejan el cuchillo y la paleta. Otros entienden las recetas por dibujos porque son demasiados pequeños para leer las instrucciones, pero saben qué es la cocina mediterránea. No hay impedimentos para descubrir un mundo de sabor que supura las esencias más andaluzas. En torno a una mesa cuadrada y en uno de los centros del lujo de Marbella, los pequeños de la «jet-set» aprenden los secretos de la comida de la tierra. «Hace poco hicieron un gazpacho y una tortilla de patatas» , señala Marta Arrese, mánager del Kid's Club del Marbella Club Hotel, quien explica que acabaron con un «picnic» en el jardín.

Los niños descubren un mundo de sabor que se puede tocar, manipular, jugar con los productos, moldearlos y crear. Manejan toda clase de alimentos, algunos sacados del huerto que el propio club tiene y que está en reformas para que los pequeños puedan sembrar y recoger lo que quieran cocinar. Pesan, hacen mediciones y entran en contacto la cocina a través de los cinco sentidos. «Se trata de hacer una experiencia donde el aprendizaje sea sensorial», señala la mánager.

Unas clases que llevan a romper las barreras con ciertos alimentos y no es raro verlos comerse divertidos cosas como el brócoli. Aunque también hay lugar para crear pizzas o para ver cómo sube el «brownie». «Nos comemos todo lo que hacen. Si hacen pizza nos la comemos, aunque su mayor ilusión es llevárselo y que sus padres lo puedan probar », añade Arrese, quien explica que cuando hicieron huevos rellenos todos se los llevaron a casa. «Ahora vamos a dar clases para pequeños de dos años acompañados de sus madres», explica Marta Arrese. Una iniciativa que nace de la insistencia de unas cuantas madres empeñadas en que sus hijos, desde bebés, entraran en el club.

Este «Máster Chef» se engloba dentro de todo el programa que tiene el Kid's Club para sus socios y que se desarrolla bajo las tejas andaluzas del antiguo cortijo que sirviera de domicilio a la familia del Príncipe Alfonso von Hohenlohe. En la cocina una foto recuerda los inicios del hotel . En la imagen, que todos los niños tienen presente, está el cortijo que da cabida al Kid's Club y que es el origen del todo el mundo de lujo andaluz que les rodea. Fue esa primigenia edificación, que se conserva con leves variaciones. La casa que Alfonso von Hohenlohe compró y desde la cual comenzó a construir.

En ese lugar cargado de historia los pequeños aprenden a hacer perfumes, contar historias, cultivar un huerto, montar a caballo, bailar flamenco o a dormir la siesta tras comer sus creaciones culinarias. Los niños suelen ser de diversas nacionalidades y usan el inglés como idioma vehicular . «Ahora mismo hay dos niños rusos y dos alemanes en la cocina. Es la única forma de que se entiendan entre ellos», asegura Marta Arrese, quien explica que fue curioso ver hace unas semanas a la británica Elisabeth Hurley compartir aprendizaje entre fogones con su hijo.

El Kid's Club es también una forma de diseñar las vacaciones en familia . Desde 600 euros por semana o 70 euros al día, los padres pueden moldear una estancia para sus hijos en Marbella cargada de diversión desde las 10.00 horas a las 18.00 horas. Un complemento a las actividades que desarrollan los mayores en el hotel y en la ciudad. «Hay muchos niños que viven en Marbella y que vienen al club durante todo el año», apunta la mánager del Kid's Club. Los precios de la experiencia para estos casos van desde los 4.500 euros y depende del número de menores.