CORONAVIRUS ANDALUCÍA
Mascarillas de buena voluntad que no asustan al coronavirus
Las autoridades avisan sobre los productos sanitarios donados que no cumplen las normativas y se pueden usar contra la pandemia
Ante el desabastecimiento de material para proteger a los sanitarios del coronavirus, muchas han sido las iniciativas solidarias que se han volcado para fabricar mascarillas, trajes o viseras con impresoras 3D . Grupos de profesionales, asociaciones y particulares comenzaron a producir este tipo de equipamientos y remitirlos a centros de salud, hospitales, residencias de ancianos o sedes de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Sin embargo, no todo lo que llega se puede usar en la primera línea de batalla contra la pandemia. «Las mascarillas artesanales o cosidas en casa no sirven para sanitarios en un entorno hospitalario , pero pueden llevarse a las residencias o distintos espacios públicos con atención al público», explica la Junta de Andalucía.
Esta situación ha llevado al Ayuntamiento de Benalmádena a retirar esta semana unas mascarillas negras de doble capa , a las que se les puede meter un filtro, hechas por un grupo de vecinos en sus viviendas. Pidió que no las siguieran distribuyendo por carecer de la homologación necesaria, aludiendo a recomendaciones de la OMS. Ya se habían llevado varios lotes a los bomberos o centros sanitarios. El rechazo generó enfado entre los vecinos, que después de haber trabajado en ellas se preguntaban con qué se iban a proteger los servidores públicos a los que no se les reparte equipos de protección.
En cualquier caso, la retirada dictada por este ayuntamiento malagueño, así sin más, va en contra de lo que hace la Junta, que recoge todo el material que les llega para repartirlo donde pueda ser usado. «Hay cosas que pueden utilizar los sanitarios y otras no, por eso la unidad de prevención lo examina y determina el uso que se le va a dar », aseguran fuentes del Gobierno regional, que dicen que estas aportaciones de material se pueden dejar en el centro de salud más cercano. Después los centros se organizan y van repartiendo según las necesidades de cada punto. Incluso las que no están homologadas se distribuyen en áreas que no tienen alto nivel de contagios.
Algo parecido ocurre con las máscaras de impresión 3D. Muchos impresores se lanzaron a hacer protecciones contra las salpicaduras, que podrían propagar el virus entre los sanitarios que trabajan en hospitales y centros de salud. Recibidas y usadas por el personal de Servicio Andaluz de Salud, el Ejecutivo andaluz hizo una serie de especificaciones técnicas para ser aceptadas, recordando además que deben ser de un solo uso puesto que no se pueden esterilizar y pueden no ser útiles contra los contagios.
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