«Masaje en camilla 30 minutos. Con manual, 25 euros. Francés con, 30 euros; sin, 40»
La Policía libera a en Marbella a nueve mujeres que eran obligadas a prostituirse tras ser captadas con falsas promesas de trabajo
Los agentes registraban las habitaciones en busca de pruebas cuando se toparon con una reveladora nota. Una hoja de libreta donde una caligrafía clara revelaba la dura realidad que se encerraba en ese chalé de la lujosa Marbella. «Servicios simples sin masaje. 30 minutos 30 euros, o 40 si es sin. 1 hora 50, o 60 sin», se leía en uno de los tres apartados en los que se estructuraba el papel, en cuya parte final habían recordado: «Copas gano 10 euros. Botellas, 25 por ciento». Eran las tarifas que debían cobrar las nueve mujeres que acababan de liberar en el club de alterne en el que eran retenidas por una red de proxenetas portugueses y cuyo líder agredía sexualmente a las víctimas en su particular «casting» de bienvenida a España.
Las víctimas, que vivían hacinadas en el sótano de un chalé del que sólo podían salir para estar con algún cliente, eran captadas en sus países de origen a través de internet con el reclamo de un trabajo bien remunerado en España.
Según precisó la Policía Nacional en un comunicado, una vez en España, debían pasar un casting en el que el máximo responsable de la red las agredía sexualmente para posteriormente obligarlas a prostituirse.
Las investigaciones se iniciaron en junio de 2014 cuando dos de las mujeres comunicaron a un viandante su situación, y en agosto se recibió una llamada en el teléfono habilitado por la Policía Nacional en el Plan para la lucha contra la Trata de una chica de origen magrebí que fue «clave» en las pesquisas.
Los agentes pudieron averiguar cómo la red captaba en sus países de origen a las mujeres, a las que ofrecía unas condiciones laborales engañosas.
Las mujeres liberadas manifestaron que los proxenetas las sometían a un control absoluto y les hacían contraer una falsa deuda por razones como el pago de multas por comportamientos indebidos, gastos de alquiler y lavandería o incluso publicidad -por exhibir fotos en las páginas de contactos-.
El sótano del chalé en el que vivían las víctimas carecía de las mínimas condiciones de higiene y disponía de escasa ventilación, las mujeres estaban amenazadas en todo momento y «si se les ocurría quejarse de su situación, las amedrentaban con una pistola simulada», precisó la citada fuente.
A los tres arrestados se les imputan delitos de pertenencia a organización criminal, relativos a la prostitución y contra los derechos de los trabajadores y al líder se le acusa, además, los de agresión y abuso sexual.
En el registro del chalé, la Policía localizó tres cajas fuertes e intervino material informático, 3.205 euros en efectivo, la mencionada pistola simulada, teléfonos móviles, un vehículo de alta gama y documentación. Entre ella, una nota manuscrita por una de las chicas con las tarifas por los distintos servicios. «Masaje en camilla 30 minutos. Con manual, 25 euros. Francés con, 30 euros; sin, 40», empieza el documento, al que le sigue el precio por un «body masaje» y sus distintas variantes. Por las salidas fuera del local, debían cobrar 75 euros; mientras que la comisión por cada copa era de 10 euros y el 25 por ciento en el caso de que lograran que el cliente adquiriera una botella.
Esta operación se enmarca dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, puesto en marcha en 2013 y que motivó la activación de la línea telefónica 900 105 090 y el correo trata@policia.es, para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia de estos delitos.
Dentro de la segunda fase de este plan, que comenzó el pasado enero, la Policía ha puesto en marcha una campaña de concienciación en redes sociales y medios de comunicación.