Gastronomía
Marbella: la última noche del chef Dani García en la alta cocina
El cierre de su restaurante con tres estrellas Michelin en Marbella da paso a un horizonte en el que quiere extender su cocina por el mundo
No hay vuelta atrás. Dani García (Marbella, 1975) ya ha cerrado su restaurante con tres estrellas. Esta clausura arrancó hace un año y se culminó este sábado con «La última cena» . En noviembre de 2018 la Guía Michelin daba su máximo reconocimiento al chef marbellí, que lanzó esa misma noche un mensaje con la silueta de un niño mirando a un cielo estrellado: «Pide un deseo…». Lo que demandó el cocinero aquella noche fue conquistar el mundo. « Mi sueño es poder dar de comer a millones de personas un gazpacho , un espeto de sardinas o un rabo de toro», explicó Dani García, horas antes de formalizar su salida del firmamento gastronómico internacional para «ganar la libertad sin personalismos» . «Lo único que alimentaban las tres estrellas era mi ego y no quiero eso. Pretendo que a cualquier hora del día alguien en el mundo esté comiendo la gastronomía de Andalucía», remarcó el cocinero a ABC.
Y eso ha comenzado a gestarse este 15 de noviembre, cuando su equipo le arropó tras el último servicio ordinario. En la reunión previa no fue capaz de decir todo lo que pretendía por la emoción. Arrancaban las últimas 24 horas en la alta cocina con la llegada de su hija Aurora de Londres, con quien conversó esa noche delante de una Coca-Cola y un plato de jamón, cansado y sabiendo que se acercaba el final. «Sin pretenderlo, evitamos hablar de lo que iba a ocurrir» , afirmó la mañana del 16 de noviembre, el día en el que se despide de alta cocina con sus compañeros, delante de su familia y con la bendición de Ferrán Adriá: «Sólo desearle que sea feliz».
Por la mañana el café lo volvió a acompañar con música. «Estoy tranquilo. El tiempo me dará o me quitará la razón . Lo único que no sé compensar es la crueldad de dar tres estrellas a Marbella para anunciar que se las quitaba a las semanas», afirma Dani García, a quien le duelen todos los paisanos que han pasado este año por el restaurante lamentando que lo fuera a cerrar. Una decisión que Dani García siempre había alumbrado, sin que nadie le hiciera caso. Idea que le rondaba la cabeza desde su época más oscura.
Toda su concepción de la gastronomía cambió con la quiebra de 2012-2013. Dani García estaba en la cima del mundo cuando se desmoronó. El cierre de «Calima» con dos estrellas le provocó una profunda reflexión, pese a que la Guía Michelin le mantuvo las dos estrellas en 2014 cuando abrió Dani García Restaurante en el hotel Puente Romano. De aquel agujero salió con la certeza de que las estrellas no eran todo y que había que buscar otro camino. Conseguido el sueño de las tres estrellas, un club selecto mundial de los mejores restaurantes del mundo, era hora de lanzarse a darle de comer al planeta sus creaciones. «Democratizar la cocina para que todos puedan acceder», como siempre ha repetido cuando hacía segundas marcas o hamburguesas para McDonald's.
Decisión que ha costado entender, sobre todo a los más cercanos. «Mi hija de 14 años [Laura] no ha conocido otra cosa que la alta cocina», recuerda antes de «La última cena», en la que tiene claro que va a llorar. «No tengo discursos preparados, pero cuando voy en el coche y pienso en lo que va a suceder o en lo que puedo decir, se me saltan las lágrimas», reconoció antes de uno de los servicios más especiales de su carrera ante más de 40 estrellas Michelin , representadas en los nombres de Joan Roca, Albert Adriá, Andoni Luis Aduriz, Josean Alija, Ricard Camarena, Quique Dacosta, Diego Guerrero, Paco Morales, Rodrigo de la Calle, Paco Roncero, Toño Pérez, Ángel León, José Carlos García, Ramón Freixa o Paco Roncero. «Es imposible sentir más cariño. No podría haber soñado un final así », afirmó tras finalizar el servicio con el que se cerraba Dani García Restaurante.
La última cena de @danigarcia_ca en la alta cocina... pic.twitter.com/sdungz5rqn
— J.J. Madueño (@JJMadueno) November 16, 2019
«Me reafirmo en la decisión. Hemos culminado un año de locos en el que no me he permitido ni enfermar. Ahora me voy en Navidad a descansar a Londres con mis hijas con ganas ver el nuevo comienzo », señaló Dani García, quien explica que el objetivo es abrir en los próximos años 50 restaurantes por todo el mundo de sus diferentes marcas y «eso es muy complicado con un restaurante de tres estrellas, ya que no puedes aparecer por el allí sólo tres veces por trimestre», dijo el día que abandonó la alta cocina.
Noche de homenaje a su trayectoria de 25 años en la alta cocina que se cerró entre cánticos de «Dani, quédate», mientras servía los dos últimos platos de este templo gastronómico a las dos personas más especiales de su vida personal y laboral. Sobre una mesa apartada, junto a una de las puertas de la cocina, se sentaron su madre, Isabel Reinaldo, y Ferrán Adriá, para comerse el postre que puso punto y final a la historia de un restaurante para abrir el camino un imperio gastronómico mundial con la tradición culinaria andaluza como ingrediente esencial .
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