Medio Ambiente

Málaga, empeñada en «polinizar» su casco histórico

Instalan una colmena en pleno centro para concienciar de la importancia de las abejas y aumentar la flora

La colmena instalada en Málaga capital ABC

Isabel Ruiz

Málaga se suma a las colmenas urbanas y, así, a la lucha contra la contaminación. Son varias las ciudades que apuestan por las abejas en sus cascos urbanos, un refugio y descanso de los productos tóxicos del campo usados por los agricultores. Además, concienciar a la población no rural de los beneficios de este insecto, principales causantes de la polinización de las zonas ajardinadas de los grandes epicentros.

Con más ventajas que inconvenientes , la colmena ubicada en la calle Dos Aceras tiene como cometido polinizar pero, sobre todo, concienciar. «La abeja nunca quiere picar, si pica muere» ha explicado a ABC José Gil, biólogo y apicultor de Bee Garden, quien ha asegurado que los panales «están en puntos controlados, en zonas altas». Sin miedo pero con precaución, la población debe ir asimilando la importancia de convivir con este insecto, que juega un gran papel en la biodiversidad y el equilibrio de ecosistemas.

Ante la disminución de las colonias a nivel global, grandes ciudades como París, Londres, Berlín, Nueva York o Madrid y Barcelona se han volcado con este tipo de iniciativas . Ahora, Málaga prueba un proyecto piloto en el que ha instalado un panal tipo Layend a la abeja autóctona ( Apis mellifera iberiensis ). Una vez se compruebe la compatibilidad de la colmena en la capital costasoleña, progresivamente se irá extendiendo la presencia de estos colmenares de polinización a otros espacios municipales compatibles.

El Ayuntamiento de Málaga y la Asociación Bee Garden han impulsado conjuntamente este proyecto, que apuestan por ampliarlo a los parques periurbanos, así como que se empleen en los planes municipales de reforestación, tal y como ha explicado el concejal de Sostenibilidad Medioambiental, José del Río. Así, se potenciará este mecanismo natural de la polinización y a la vez generar un nuevo estado de conciencia social.

¿Qué está en nuestra mano?

Si todos ponemos un granito de arena, se construirá una montaña. Por eso, el apicultor y biólogo anima a que los ciudadanos a plantar en sus balcones y terrazas plantas aromáticas como el romero o el tomillo. Estas plantaciones proporcionan alimentos a las abejas y, además, absorben el CO2.

El uso del transporte público o el reciclaje también ayudan a la proliferación de las abejas, ya que el cuidado medioambiental es fundamental. «Sin flores no hay polinizadores y sin abejas no hay frutas» ha mantenido José Gil.

Otro de los hábitos que pueden ayudar a la supervivencia de las abejas es hacer «compras responsables de productores locales» . Elegir una miel de un apicultor local, además de apoyar a los productores de la zona, hace que estos profesionales no abandonen su trabajo. Lo mismo sucede con los agricultores. «Si no hay colmenas, no habría polinización, ya no solo en los parques naturales y en las zonas de montaña, sino en las zonas frutales y de hortalizas. Sin abejas no hay fruta».

En Bee Garden dan cursos de iniciación a la apicultura y talleres de concienciación en colegios, para aquellos quienes estén comprometidos con el medioambiente puedan descubrir aún más del mundo de las abejas. Además, l a Asociación alquila colmenas a los agricultores ya que «aumentan la producción de aguacate» . Los productores de esta fruta exótica rentan panales para así multiplicar el producto obtenido. «Al año siguiente nos vuelven a llamar» ha sostenido José Gil.

«Precaución, que no miedo»

Desde Bee Green han mantenido que en las ciudades había abejas antes de que se instalasen estas colmenas , por lo que no se le puede culpar a que haya colonias en las capitales y en las zonas no rurales. De este modo están mucho más controlados ya que se conocen la ubicación exacta de los panales. De igual modo, los apicultores piden «precaución, que no miedo».

Pese a que las abejas no quieren picar, sino ir a las flores, hay que tener cuidado en caso de picadura. El biólogo ha apuntado que lo primero que se debe hacer es «quitar con cuidado el aguijón y echar un poco de vinagre» . En caso de ser alérgico, llevar la inyección encima o acudir a un médico.

Para evitar que esto suceda, José Gil recomienda no acercarse cuando se levante la tapa sin la protección adecuada, ni tapar la zona de salida de las colmenas. «La abeja todos los días no tiene ese obstáculo y ahora sí, podría salir y engancharse en el pelo y picar».

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