Caso Malaya

Maite Zaldívar no volverá a dormir en la cárcel

La reclusa firma la libertad condicional, concedida el pasado 9 de diciembre y efectiva desde este 1 de enero

Miate Zaldívar saliendo de la cárcel en su anterior permiso en el mes de noviembre EFE

J.J. MADUEÑO

Las cárceles se van vaciando de los condenados por el saqueo de Marbella. La última en salir en libertad condicional es Maite Zaldívar , que goza de este nuevo régimen desde el pasado 1 de enero y que ha esperado a pasar las fiestas de Fin de Año para firma su nueva situación este miércoles. La reclusa, condenada a dos años y medio de prisión por blanqueo de capitales, encara ya el último tramo de condena tras 22 meses entre rejas. El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria Número 3 de Andalucía, que tiene sede en Málaga, otorgó a Maite Zaldívar este nuevo régimen después de que la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario de Alhaurín de la Torre informara de forma favorable y por unanimidad sobre el cambio en la situación penal de la penada.

El Ministerio Fiscal también apoyó que Zaldívar pasara del tercer grado, que ya disfrutaba, a la libertad condicional. De este modo, y desde el primer día del año Maite Zaldívar puede pasar las 24 horas fuera de la prisión en libertad vigilada. La ex mujer de Julián Muñoz –también reclama sin éxito la libertad condicional– se encontraba con el tercer grado penitenciario desde principios del pasado mes de agosto. Régimen que Zaldívar – condenada por el «caso Blanqueo» al igual que Isabel Pantoja– consiguió gracias a un contrato para ser canguro de su nieta.

El tercer grado penitenciario le había posibilitado el cumplimiento del resto de su condena en régimen de «semilibertad». Sólo tenía que ir a dormir por las noches al centro de internamiento de Málaga. Ahora ya no tendrá que volver a estar entre los muros de la prisión. Zaldívar fue multada con 1,7 millones de euros por sus actos y se declaró insolvente. Finalmente, ingresó en prisión en octubre de 2014 y ahora sale en libertad vigiada. Ya ha cumplido más de la mitad de la condena impuesta por los tribunales de Justicia y, si todo sigue los pasos establecidos, el siguiente escalón es la libertad total. Ahora estará vigilada por un dispositivo de localización y su régimen sólo tiene una condición para ser revocado, según la información ofrecida por el Juzgado: «La persona condenada en firme no podrá cometer ningún tipo de acto delictivo durante la vigencia del mismo».

Las cárceles comienzan a aligerar la nómina más ilustre del caso Malaya. Isabel Pantoja está en libertad. Julián Muñoz goza del tercer grado por «enfermedad grave e incurable» y lucha por una libertad condicional que se le niega porque sus dolencias no son terminales. Juan Antonio Roca ya goza de permisos penitenciarios, tras diez años en prisión –es el que más ha estado sin salir a la calle–. También comienza a salir con permisos José María del Nido , al que se le ha visto abandonar la cárcel y pasar algunos días con su familia. La única que no goza de beneficios es la ex alcaldesa de Marbella Marisol Yagüe , que ingresó en prisión en enero de 2016, tras una larga lucha fallida por librarse del ingreso en prisión, y que está en los primeros pasos de su condena diez años después de la disolución del Ayuntamiento de Marbella.

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