Ciencia

Louise Brown, la primera niña probeta: «El Papa me escribió para decirme que sí tenía alma»

La británica visita por primera vez Andalucía para contar su experiencia como hito histórico de la medicina, que valió el Premio Nobel en 2010

Louise Brown con un representante del Centro Gutenberg durante su atención a los medios J.J.M.

J.J. Madueño j

Louise Brown (Reino Unido, 1978) es un hito viviente de la medicina. La británica es la primera persona nacida por reproducción asistida en el mundo. «No me siento especial» , afirma antes de la conferencia que ofrece este jueves en el Hotel AC Málaga Palacio. Lo hace invitada por el Centro Gutenberg, que lleva más de 600 tratamientos de fertilidad al año en Málaga. Y así cuenta como en la panadería preguntaban a su madre, calificada como la primera «embrióloga», si era una bebé «normal» y si no tenía dos cabezas. También los cientos de estudios a los que fue sometida para determinar que era un ser humano como cualquier otro.

Vive con esa experiencia desde hace casi 42 años, cuando el fisiólogo Robert G. Edwards –Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 2010 por su trabajo en fertilidad– y los ginecólogos Patrick Steptoe y Jean Purdy implantaron el embrión en su madre. «Ellos fueron como unos abuelos para mí, parte de la familia» , recuerda Brown, quien explica como su hermana también fue una «niña probeta», que además se convirtió en la primera que tendría un parto natural.

Casos que son estudiados en los colegios de Reino Unido. «Mi hijo mayor, Cameron, se dio cuenta que estaba en sus libros del colegio», narra Brown, quien explica que no es un gran impacto para ella, porque cuando ella estudiaba ya aparecía en los textos escolares y sus compañeros le preguntaban si era una chica normal . Era vista como algo inusual, un nacimiento científico que el mundo tendría que aprender a gestionar.

Brown es el resultado de un avance en contra de las creencias más antiguas. Por eso, en los sectores más conservadores encontró una oposición fuerte. «No todo el mundo tiene que estar de acuerdo, pero ahora hay diez millones de personas nacidas de este modo . No sólo se crearon unos padres, sino familias. Mi madre hubiera estado sola cuando murió mi padre, pero no fue así porque tenía dos hijas y una familia», explica Brown.

Una niña normal

Postura que no siempre fue entendida, pero que tuvo apoyos tranquilizadores. «El Papa me escribió una carta en la que decía que sí tenía alma y que había un lugar en el cielo para mí» , recuerda la primera «niña probeta» del mundo, quien dice que no es creyente y que se bautizó a los 26 años para poder casarse dentro de una iglesia cristiana. «Mis padres tampoco lo eran», resalta en su encuentro los medios, donde defiende una sociedad que confíe en la ciencia.

Momentos de una vida que sus padres trataron de proteger. Brown explica como sus progenitores estuvieron de gira por el mundo durante su primera cuatro años de vida, visitaron varios países mostrando a la sociedad que Louise era una niña normal, como cualquier otra. Sin embargo, cuando llegó el momento de escolarizarla y con el nacimiento de su hermana, se acabó la aparición en los medios de comunicación y las giras para explicar el caso. «Mis padres querían tener una familia, no una superestrella» , señala Brown, quien dice que estuvo apartada del foco mediático durante una década.

Siempre había peticiones de entrevistas o invitaciones para viajar a otros países, pero sus padres lo rechazaban todo. «Hasta que no tuve 13 años no volví a reaparecer» , relata esta mujer, ahora madre de dos hijos por reproducción natural y que sigue 42 años después de su nacimiento dando esperanza a las familias que no pueden tener hijos.

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