PROSTITUCIÓN

Liberan a 37 mujeres víctimas de explotación sexual de una mafia familiar de prostitución en Málaga

Vivían en condiciones infrahumanas y obligadas a trabajar las 24 horas del día consumiendo cocaína y ofreciéndola a los clientes

J.J. Madueño

La caída de una red de prostitución en Málaga ha liberado a 37 mujeres víctimas de explotación sexual . La Policía Nacional ha desarticulado un grupo criminal que obligaba a las víctimas a vender su cuerpo a domicilio a tiempo completo, ya que también les hacían trabajar en casas de citas. Las mujeres estaban en condiciones infrahumanas , debían estar disponibles y localizables las 24 horas del día y se les obligaba tanto a consumir como ofrecer cocaína a los clientes, ya que la banda también traficaba con esta sustancia.

La investigación comenzó a mediados del año 2018. La Policía tuvo conocimiento de la existencia de un grupo dedicado a la explotación sexual de mujeres en varias casas de citas ubicadas en Málaga. La investigación, en un primer momento, se centró en ubicar los pisos usados para ver cómo operaban y detectar las posibles víctimas .

Los agentes pudieron constatar cómo el grupo estaba liderado por un cabecilla con un amplio historial delictivo y, bajo su dirección, la red estaba organizada en niveles de responsabilidad. Así, varios miembros de su propia familia estaban implicados en esta trama, tanto esposa, madre, hermanos, prima y tíos del principal investigado. Se dedicaban a la explotación de las casas de citas.

A su vez, en un escalón inferior, estaban los encargados o «mamis» , dedicados al control directo de las mujeres explotadas y del buen funcionamiento del negocio. Finalmente, en la base del grupo se situaban los conductores, encargados de trasladar a las meretrices a servicios a domicilio y otras tareas.

Captadas en Colombia

Según la investigación, muchas de las víctimas eran jóvenes de pequeñas localidades de Colombia provenientes de familias en una situación socioeconómica precaria. La mayoría de ellas habían sido captadas en sus países de procedencia e introducidas en España como supuestas turistas para luego, una vez en nuestro país, ser explotadas en diferentes inmuebles ubicados en Málaga.

Lo hacían en unas condiciones de trabajo penosas y con jornadas maratonianas, según explica la Policía Nacional. Además debían permanecer en las casas al menos durante tres meses, con el objeto de hacer frente a una deuda contraída con la red por los gastos generados al traerlas hasta España. De esta manera, a su llegada a los pisos, las jornadas de trabajo se prolongaban durante todo el día , teniendo que atender a los clientes en todo tipo de servicios, incluso en contra de su voluntad, ya que si no los realizaban los servicios exigidos no obtendrían ingresos suficientes para satisfacer la deuda.

Avanzadas las investigaciones, consiguieron descubrir que el grupo se apropiaban del 50 por ciento de las ganancias generadas , tanto con los servicios sexuales prestados por las víctimas como de las consumiciones de bebidas alcohólicas que tenían lugar en las casas de citas. Tan sólo disponían de un par de horas «libres» al día, siempre dentro de la localidad, acompañadas y localizables en todo momento.

Dos años de investigación

Con toda esta información recogida en dos años de investigación , los agentes llevaron a cabo la fase de explotación de la operación, a través de la cual se practicaron cinco registros en inmuebles, que posibilitaron la detención de los principales encartados.

Durante la materialización de los mismos se efectuó la d etención de 14 personas , diez de ellas han ingresado en prisión por orden judicial. Asimismo, los agentes han intervenido 250.000 euros en metálico, 300 gramos de cocaína, 96 gramos de marihuana, precursores para la fabricación y distribución de sustancias estupefacientes, un vehículo a motor, material informático, así como diversos efectos y documentación relativa a los delitos.

Uno de los inmuebles era utilizado com o guardería de la droga y del dinero . Desde allí, especialmente en lo relativo a los estupefacientes, se nutría a otros pisos en los que operaba el grupo. Los agentes han señalado que la situación de confinamiento, durante el estado de alarma, provocó que la organización, dedicada a la explotación no pudiera dar salida del mercado negro al dinero obtenido de la actividad ilícita.

Por este motivo, la red criminal almacenó un total de 250.000 euros, una de las mayores aprehensiones de dinero en metálico producidas en España en investigaciones relacionadas con la explotación sexual en casas de citas.

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