El juez le quita la hija de Dana Leonte a la familia de su padre, único investigado por su asesinato

El Juzgado de Primera Instancia 16 de Málaga ha acordado dejar a la hija de Dana Leonte, la joven desaparecida en la localidad de Arenas en junio de 2019, al cuidado y acogimiento del hermano materno, Florín Leonte . De este modo, estima la demanda presentada por Leonte contra la resolución de Menores de la Junta de Andalucía de entregar a la niña a la familia del padre.

El progenitor estuvo en prisión investigado por la muerte de la madre de la niña y ahora está en libertad provisional tras haber pagado una fianza. El novio de Dana Leonte es el único investigado por el presunto asesinato de la joven rumana , que estaría enterrada en la sierra de Arenas, según la investigación.

El juez acuerda que la pequeña Lucía, que en noviembre cumple dos años, quede inmediatamente, y sin esperar a posibles recursos, en acogimiento familiar del hermano materno. A su vez, cuestiona la decisión de atribuir el cuidado de la menor a un entorno familiar del hombre investigado en relación con la muerte de la madre y señala que supone «una situación problemática» .

El magistrado que dicta la resolución asegura que la pequeña Lucía está sometida a «una situación traumática debido a la muerte violenta de la madre, presuntamente, a manos del padre» . Reseña también que su padre «a día de hoy se encuentra en situación de libertad, si bien con una medida de alejamiento respecto de la niña », apuntando que de continuar con la familia paterna podría producirse algún contacto entre la niña y su progenitor, incumpliéndose las medidas cautelares de alejamiento.

Por estas razones, estima que, a pesar de la idoneidad inicial de la familia paterna para quedarse con la niña, debe pasar a estar con su familia materna. Además, en la demanda, Florín Leonte, informó de que se había violado el confinamiento decretado por el estado de alarma con motivo de la pandemia del coronavirus por parte de la familia de acogida. Explicó al magistrado que la pequeña, que sólo tenía siete meses cuando desapareció su madre, se tuvo que quedar al cuidado de terceras personas por motivos laborales de sus acogedores.