Sucesos

Los jóvenes que mataron y calcinaron a un discapacitado lo hicieron para poder irse de fiesta

Los cuatro encarcelados por este brutal crimen torturaron con una pistola y unos alicates a la víctima

Pablo D. Almoguera

Los cuatro jóvenes granadinos detenidos por raptar a un conocido discapacitado, torturarlo para robarle, estrangularlo y quemar su cadáver tras trasladarlo a Málaga actuaron con esta extrema violencia para conseguir dinero y poder irse de fiesta por la provincia malagueña.

Según ha podido saber ABC de fuentes cercanas al caso, los arrestados, que se encuentran en prisión, no dudaron en torturar a la víctima, quien, a la espera de los resultados de ADN, fue identificada como F.G.R., un vecino de Granada que tenía una discapacidad por la que percibía una pensión .

Este dinero era el objetivo de los jóvenes, que utilizaron a las dos chicas para acercarse al hombre, de mediana edad.

Las mujeres intentaron seducir a la víctima para que ésta les entregara la tarjeta de crédito y el número PIN , pero el hombre se negó. Lo que al principio se intentó lograr de una forma sutil, acabó transformándose en una sádica tortura .

Los dos chicos comenzaron a golpear con violencia a F.G.R., que se resistía a sus captores y no daba la información que le pedían. Ni cuando le introdujeron en la boca una pistola –que resultó ser de aire comprimido- y le decían que le iban a volar la cabeza. Ni cuando parecían querer arrancarle la nariz con unos alicantes apretando y retorciéndosela.

El «niño de la Romareda», nombre artístico con los que el fallecido subía videos a Youtube cantando canciones de todo tipo, finalmente dio el número secreto de la tarjeta y sus captores fueron a una sucursal donde sacaron el máximo permitido : en torno a unos 600 euros.

Pero una vez con el dinero en la mano, fueron conscientes de que su víctima podía identificarlos y decidieron matarlo. Para acabar con su vida, trazaron un plan que se fue deshilachando y que les llevó finalmente a la cárcel.

Los detenidos  dejaron inconciente a F.G.R. y lo encerraron en el maletero. Para que no se vinculara el cuerpo con Granada, en el caso de que fuese hallado, decidieron trasladarse a Málaga.

A llegar a esta ciudad, se desplazaron –aleatoriamente, según piensan los investigadores– a la zona de Pinares de San Antón.

Sacaron a F.G.R. y lo estrangularon , como reveló la autopsia, que duró dos días y en la que se detectó la rotura de un pequeño cartílago del cuello que fue reveladora para saber cómo asesinaron al hombre. Una vez lo creían muerto, llenaron de gasolina un agujero abierto para plantar un olivo , tiraron al hombre y le prendieron fuego . El examen médico legal, en base a que el fallecido no tenía restos de humo en los pulmones, concluyó que la víctima estaba muerta cuando ardió; aunque el testimonio de alguno de los detenidos ha alimentado las dudas.

Los investigadores aún tratan de atar algún cabo suelto, como dónde adquirieron el combustible, para cerrar definitivamente un crimen que les ha llamado la atención no sólo por la chapuza de sus autores, sino por la frialdad demostrada por los mismos tras su detención, sin ningún tipo de remordimiento.

En el juicio se podrían enfrentar a penas que rondarían los 30 años de cárcel, ya que, entre otros delitos, están acusados de asesinato, robo con violencia, detención ilegal y estafa.

Un asesinato tan brutal como incomprensible cuyo único fin fue conseguir dinero para irse de fiestas .

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