Coordinador del Comité Asesor Externo sobre el Covid en Andalucía

Joaquín Fernández-Crehuet: «Andalucía sí tiene los deberes hechos con su evaluación sobre el Covid»

El doctor malagueño espera «diligencia» en que se adopten las recomendaciones que acaba de hacer su grupo

«El virus no entiende de ideologías ni de comunidades autónomas», advierte

El doctor Fernández-Crehuet, en su despacho de la Facultad de Medicina de Málaga Francis Silva

Fernando del Valle

—Con el encargo de esta evaluación, el Gobierno andaluz ¿sí ha sido consciente de que «manda, pero no sabe»?

—Me parece muy acertado ese lema del manifiesto de las sociedades científicas. «En salud ustedes mandan, pero no saben». Andalucía ha sido la primera comunidad autónoma que se ha sometido a una comisión de expertos, externa e independiente, con la misión de realizar un balance de la gestión de la pandemia y la elaboración de unas propuestas de mejora para hacerle frente. Ha sido sin duda una postura audaz y valiente del consejero de Salud. Tenemos los deberes hechos frente, por ejemplo, a lo que acaba de aprobar el Gobierno de la nación. La actual pandemia exige un debate entre científicos con experiencia acreditada.

—¿Cree que el ofrecimiento de realizar la evaluación fue sincero o un instrumento de márketing político?

—Yo quiero creer que el encargo de la Consejería al grupo de expertos está hecho con la máxima rectitud. Me ha parecido ver en el consejero un profesional que tiene muy claro que es fundamental procurar racionalizar los recursos y conseguir su máxima optimización a través de criterios de efectividad y eficiencia. No se puede considerar ética una actuación gubernamental que no aplique las mejores evidencias científicas para la resolución de un problema; o que no busque como prioritaria una asistencia sanitaria bien planificada, transparente y racional con criterios de calidad, solo condicionada por la inevitable limitación de los recursos. Nuestro trabajo ha sido muy serio y le puedo asegurar que el grupo que he tenido el privilegio de coordinar ha trabajado con la máxima lealtad a sus ideas. Hemos sido 24 panelistas, todos ellos de reconocido prestigio y experiencia en el ámbito de la gestión y de la asistencia sanitaria: microbiólogos, cirujanos, medicina interna, médicos intensivistas, pediatras, anestesistas, fisioterapeutas, profesores de la Escuela Andaluza de Salud Pública y algún profesional más.

—¿Es importante que se conozca nominalmente el grupo de expertos, a diferencia del comité del Gobierno central?

—Es fundamental que se conozca la identidad de los miembros del grupo y se resalte también que todos hemos intervenido de manera altruista, sin ningún tipo de remuneración. La Escuela Andaluza de Salud Pública ha tenido un papel fundamental al diseñar la metodología del trabajo y nos ha facilitado una plataforma virtual excelente para poder debatir las aportaciones de los panelistas en un foro de debate permanente.

El doctor Fernández-Crehuet, en su despacho de la Facultad de Medicina de Málaga Francis Silva

—¿Han sufrido alguna injerencia?

—Todos los panelistas hemos tenido la oportunidad de manifestar libremente nuestras opiniones sobre las debilidades y fortalezas del sistema sanitario y hemos propuesto numerosas estrategias de mejora. Las únicas limitaciones han sido la perentoriedad del plazo de entrega del informe y la heterogeneidad de los integrantes del grupo que han impedido alcanzar un acuerdo unánime, aunque sí una amplia aceptación. El documento reúne información suficiente para responder al encargo recibido. Aunque el núcleo fundamental del informe lo constituyen más de 200 propuestas de mejora, se han concretado en 19 ideas fuerza que conforman el documento ejecutivo que ofrecemos a la administración para su análisis.

—¿Qué margen de actuación cree que tiene el SAS para atender las recomendaciones del comité?

—La Comisión espera que se adopten sus estrategias con la mayor diligencia posible. Los virus no entienden de ideologías ni de comunidades autónomas. Las intervenciones en Salud Publica no deben moverse por criterios ideológicos y partidistas que provocan una permanente confrontación política, sino que las decisiones que se adopten se deben fundamentar en criterios profesionales, buscando el bien común sin buscar el rédito político de un determinado partido.

—¿Cómo ha sido recibido por parte del Gobierno andaluz?

—Me ha parecido que el documento se ha recibido con un gran interés y esperamos que las propuestas sean revisadas y valoradas para su implementación a través de sus correspondientes planes estratégicos. Sí advierto que algunas de las propuestas de mejora ya se están aplicando por la Consejería, incluso antes de entregar el documento, como la incorporación de las nuevas técnicas de laboratorio para el diagnóstico rápido de Covid-19 como alternativa a las PCR, en cuya implantación Andalucía ha sido pionera.

«La Primaria es la piedra angular del sistema y merece una atención prioritaria en recursos materiales y humanos»

—Si llevamos años hablando de la importancia de la Atención Primaria, ¿por qué a estas alturas y con una crisis como la del Covid nos la encontramos colapsada?

—La Primaria es la piedra angular del sistema y merece una atención prioritaria en recursos materiales y humanos. Injustamente se le culpa de ser la responsables de la crisis del sistema por la sobrecarga asistencial a la que es sometida. Varias de nuestras recomendaciones van orientadas a su mejora. La comisión es consciente de la falta de médicos y propone diversas ideas para subsanar el problema como, por ejemplo, incorporar todos los médicos disponibles en bolsa de trabajo, y en caso necesario facilitar la incorporación de personal desde el hospital y centros de especialidades, así como la redistribución de tareas para enfermería. También se sugiere incorporar otros profesionales sanitarios al sistema, como es el caso de los fisioterapeutas. A todo lo anterior añadimos la necesidad de contratar más personal de administración que libere a los profesionales sanitarios de las tareas burocráticas. La comisión propone también incorporar la teleasistencia como una estrategia válida para resolver de forma remota parte de lo que hoy se hace de forma presencial.

¿Hubiera sido posible contar con mayor número de rastreadores?

Creo que Andalucía tiene un buen sistema de vigilancia epidemiológica que actualiza a diario sus datos con máximo rigor, y en su trabajo los rastreadores tienen un papel fundamental. Creo que hay que disponer del mayor número de rastreadores posibles, siempre que estén debidamente formados y controlados por los Servicios de Epidemiologia y Medicina Preventiva. Pero sus competencias no deben quedar reducidas a cuántos y cuáles son los contactos del caso, sino que deben ser ampliadas a controlar -con la ayuda necesaria- el cumplimiento del obligado confinamiento.

Es muy interesante valorar la calidad del trabajo del rastreador en función del número de contacto que identifica ya que de ello depende la efectividad del rastreo. Para ello se recomienda reforzar las unidades de vigilancia epidemiológica e incorporar herramientas tecnológicas y sistemas de información, que ayuden a la identificación y seguimiento de los contactos.

«La 'vacuna' más eficaz contra la Covid-19 es fomentar estilos de vida saludables»

—Hablamos mucho de políticos, pero, ¿qué grado de responsabilidad cree que tiene la población en la gestión de la pandemia?

—Fundamental. Hasta el punto que todo el esfuerzo que pueda hacer la administración sanitaria está condenado al fracaso si la población no entiende que el control de la epidemia está en sus manos. El estudio serológico poblacional nos indica que en Andalucía hay menos del 5% de personas inmunes al virus. Por tanto en cualquier reunión es previsible que pueda existir un reservorio silente del virus capaz de diseminar la infección entre el 95% de los asistentes. Lamentablemente tenemos numerosos ejemplos que hacen caso omiso de las medidas de prevención, jóvenes que siguen reuniéndose en grupos numerosos, sin utilizar mascarillas, sin respetar distancia, sin higiene de manos; locales masificados con escasa ventilación, descontrol en fiestas familiares, ocio nocturno, etc. Existe una indolencia total en determinados grupos que se saltan el confinamiento e incluso evitan realizarse las pruebas diagnósticas por miedo a ser confinados. Para ello, hay que educar a la comunidad, especialmente a esa población diana, a través de mensajes claros e inequívocos, creando conciencia de la responsabilidad que tienen en el control de los rebrotes actuales. Frente a ellos hay una población tremendamente asustada que evita hasta salir de sus casas viviendo en una situación de innecesario confinamiento, pudiendo llegar a veces a consecuencias psicopatológicas severas. Estoy convencido que la «vacuna» más eficaz contra la Covid-19, en este momento, es fomentar estilos de vida saludables y la administración sanitaria debe priorizar su implementación.

¿Ha habido algo que Andalucía haya hecho mejor que otras comunidades? Cuando se habla del modelo asturiano o ahora el valenciano, ¿qué piensa?

En Andalucía existe desde hace mucho tiempo una Red de Vigilancia Epidemiológica consolidada con un buen sistema de información. Creo que el haber sufrido varios brotes epidémicos severos como el caso de la toxiinfección por listerias en derivados cárnicos en agosto del 2019 y el más reciente de la fiebre del Nilo ha servido para crear un grupo de profesionales con una experiencia muy consolidada en este tipo de eventos que les hace estar muy entrenados para abordarlos con mayor diligencia. Además, a finales de enero la Consejería de Salud y Familias constituyó de forma precoz una comisión de seguimiento del coronavirus con el objetivo de controlar su evolución e impulsar medidas de prevención y control. También la propia consejería tiene previsto un plan de alta frecuentación hospitalaria para actuar en el peor de los escenarios, si se juntan en la temporada otoño-invierno la Covid-19 con una posible epidemia de gripe. A todo ello hay que unir un excelente grupo de profesionales del Sistema Sanitario Público de Andalucía. Todos ellos son el principal valor para explicar los buenos resultados. Pero en cualquier caso todo esto no es suficiente ante esta epidemia en la que seguimos llenos de incertidumbres y donde no hay verdades apodícticas y hay que estar continuamente recomenzando la lucha de forma permanente.

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