POLICÍA LOCAL

La intachable hoja de servicio de Alberto Ferrer, el policía local fallecido en Málaga

El oficial del Grupo Operativo de Apoyo es una pérdida sensible para el cuerpo en el que obtuvo 12 felicitaciones por sus brillantes actuaciones

Alberto Ferrer en un servicio de la Policía Local de Málaga Policía Local de Málaga

J.J. Madueño

Alberto Ferrer cumplía 44 años el próximo 20 de febrero, pero un aneurisma cerebral se lo ha llevado este lunes de forma prematura. La misma enfermedad que ha privado a Málaga de uno de sus mejores agentes. « Era muy valiente. No tenía miedo y era muy profesional . Es una gran pérdida, porque era muy bueno en su trabajo, pero además no tenía enemigos», aseguran sus compañeros, que lloran su pérdida, después de días eternos esperando mejoría. Ingresó en el Hospital Regional «Carlos Haya» de Málaga el pasado 29 de enero. Deja esposa y un hijo de ocho años , que le dieron el último adiós este martes rodeados por los compañeros que tanto le quisieron.

El alma del indicativo «Tango 5» , donde era oficial desde 2019, tras hacerse miembro del Grupo Operativo de Apoyo (GOA) en 2012 era un respetado policía con la calles como tablero de acción. Antes pasó por Churriana, Carretera de Cádiz y Cruz de Humilladero, pero en el GOA fue donde tuvo algunas de sus mejores actuaciones, como cuando el 3 de 2016 fue clave para esclarecer una violación al asistir a la víctima y dar con el coche del agresor rápidamente en Martiricos.

No temía a nada en su afán de hacer su trabajo, como cuando irrumpió en un intercambio de droga en 2017 y evitó un tiroteo . La negociación entre narcos no había salido bien y se amenazaban con armas de fuego. La actuación le valió una de las doce feclicitaciones del Cuerpo por su trabajo .

Era el tiempo en el que ya se había dispuesto a grabar sus actuaciones con una pequeña cámara . Así quedaron registradas las veces que detuvo a los autores de robos con violencia, agresiones y demás situaciones difíciles, como cuando intervino para detener a un enfermo mental que se había atrincherado armado en un local comercial de Málaga. A esta persona se le incautó el 5 de marzo de 2018 una pistola detonadora, una ballesta y una carabina con sus respectivas municiones.

El 18 de noviembre de 2019, decomisó 150 gramos de heroína pura y meses después de un tiroteo en la vía pública. El olfato le llevó hasta 105 plantas de marihuana en una furgoneta en 2020 y en agosto de ese año libró a una mujer en silla de ruedas de las palizas de su pareja . El hombre comenzó a pegarle en la calle, los vecinos llamaron y la Policía oyó los sollozos de la mujer dentro de la casa. Con el silencio de la discapacitada intervino temiendo por su vida y la rescató.

Igual que lo hizo negociando un año después con un agresor machista que tenía puesto un cuchillo en el cuello de su pareja . A ella también le salvó la vida, tras una complicada en la actuación en la que, después de disuadir al agresor, lo detuvo para poner a salvo a la asustada mujer. Antes había obtenido otra felicitación por detener un secuestro y arrestar a los tres implicados en el crimen, donde llegaron a amenazar a las víctimas con armas de fuego.

Así, después de dos décadas de servicio, sus compañeros le despidieron recordando esas intervenciones que se atrevió a inmortalizar. Era deportista y le gustaba perderse en vacaciones con su familia en su autocaravana. Además de su seres queridos y compañeros, que lo apodaron «el buen guerrero» le despidieron todos los que le conocieron, como la Cofradía del Rico en la que era hombre de trono de la Virgen del Amor o el colegio de la Trinitarias de Málaga del que fue alumno.

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