Insultos y reproches en la visita de María Jesús Montero a la zona cero de la inundación en Málaga

Una pregunta de la prensa sobre Torra enciende los ánimos de algunos vecinos contra los políticos presentes

Montero a la salida de una de la casas afectadas por las inundaciones J.J.M.

J.J. Madueño

Al quinto día María Jesús Montero , ministra portavoz del Gobierno, visitó la barriada malagueña de Campañilla, después de verse inundada este fin de semana. Le acompañó un nutrido grupo de socialistas de la capital, representantes del partido en el Senado y el Congreso junto con afiliados del distrito y cargos orgánicos. Una comitiva en la que estaba Lucrecio Fernández, delegado del Gobierno en Andalucía, y en la que se encontraba también Francisco de la Torre, alcalde de Málaga. Todo iba según los previsto. Visita a algunos domicilios afectados, atención a la prensa y ronda por la zona afectada, pero una pregunta sobre la convocatoria de Elecciones en Cataluña lo alteró todo .

En el corrillo de prensa había varias afectadas grabando la intervención de la portavoz con el móvil, que saltaron cuando oyeron la pregunta. Montero acababa de anunciar que Campanillas iba a ser declarada «zona gravemente afectada» y que los pagos a los afectados comenzarán el viernes para estar todo cobrado en cuatro meses. Pero eso no contuvo los ánimos.

A la siguiente pregunta sobre la postura del Ejecutivo de Pedro Sánchez en relación al anuncio de Joaquim Torra, presidente catalán, de anticipar las elecciones catalanas todo estalló. «No nos importa Cataluña» , dijo una vecina, que abrió una veda de crispación. «Va a ser zona catastrófica o no. Eso nos interesa», vociferó otra presente, antes de que Montero tuviera que dejar de contestar a la prensa.

Montero ya había parado las declaraciones para explica a los vecinos que debía responder a los periodistas sobre todo lo que estimasen, alclarando que los periodistas estaban «haciendo su trabajo». Sin embargo, los vecinos querían saber si cobrarían, si la declaración era lo mismo que la «zona catastrófica» y afeaban que se hablara de Cataluña. «Eso aquí no toca. Tenemos nuestras casas llenas de barro», decía otra señora al paso de la comitiva política. «¡Qué me importa a mí Cataluña! ¡Estamos en Málaga!» , decía otro vecino indignado, después de que la portavoz cortara las preguntas y se dirigiera hasta un parque cercano.

Trabajos de limpieza en una de las comunidades de vecinos de Campanillas J.J.M.

Allí es donde se vivió la mayor tensión. Un grupo de vecinos se paró ante la comitiva política. No estaba la portavoz del Gobierno, que entraba en directo en Cadena Ser, tampoco el alcalde, que se había retirado a hablar con otro vecino. Quedaban un puñado de cargos socialistas que se llevaron la peor parte, cuando un vecino indignado la emprendió a gritos. Insultos, reproches y varios amagos de pasar a algo más. «Venís aquí enchaquetado. Sinvergüenzas. El domingo con una pala teníais que estar» , decía en el vecino, mientras las mismas vecinas que comenzaron la gresca en el corrillo de prensa le azuzaban diciendo: «¡Estaban en los Goya!» .

«Hijos de puta. Con una pala aquí», refería ante un Dani Pérez, portavoz del PSOE en Ayuntamiento de Málaga, que trataba de mantener la calma, pese a las malas formas y las palabras gruesas. Sin embargo, ese aplomo no lo tuvo un miembro de su partido, que lo acompañaba en la visita, cuando se encaró al enervado vecino que había perdido su casa para decir: «No se lo digas a él. Díselo al alcalde, que él no tiene nada que ver». Fue la gota que colmó el vaso e hizo intervenir a los escoltas de la ministra portavoz y del alcalde para llevarse a las autoridades del lugar.

Y así se reanudó la ruta por la zona afectada, donde los coches siguen entre los limoneros, las paredes están derrumbadas y los vecinos con sus casas anegadas tratan de recuperar su vida desde el pasado sábado, cuando el barrio se sumió en el caos . La visita acabó antes de tiempo y en una zona que no era la esperada. Cuando la portavoz del Ejecutivo de Sánchez y las autoridades abandonaban el barrio golpeado por la intensa lluvia, los vecinos seguían relamiéndose los reproches, algunos vanagloriándose de haberle dicho «cuatro cosas» a los políticos que fueron a «hacerse la foto».

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