CASO JULEN
Las incógnitas sobre el pozo donde murió Julen
El dueño de la finca dice que fue «engañado» con la obra del sondeo y pide que se aclare por qué el pozo media solo 71 metros si debía medir, al menos, 109 metros
![Evidencia de la poca anchura del pozo donde estaba enterrado Julen](https://s3.abcstatics.com/media/andalucia/2019/02/05/s/pozo.julen-ancho-kJa--1248x698@abc.jpg)
El pozo donde falleció Julen sigue siendo una incógnita sujeta a investigación, entre las cosas que hay que averiguar es por qué el sondeo de agua abandonado medía menos de lo que en un principio dijo el pocero , Antonio Sánchez, que lo abrió. Cuando saltó la alarma, el constructor aseguró que medía 25 centímetros de ancho por 110 metros de profundidad.
Sin embargo, Julen estaba a 71 metros de bajo tierra . Se encontraba allí sin vida, de pie sobre el fondo del pozo y tapado por un tapón de arena y pequeñas piedras. Tras el hallazgo del cadáver, se tomaron muestras del material que había debajo del niño y también del tapón. El Juzgado de Instrucción 9 de Málaga está a la espera de los informes para determinar si era el suelo del pozo, si había sido tapado o di el tapón se produjo por un desprendimiento con la caída del niño.
La realidad era que el pozo tenía unos 40 metros menos de lo que se suponía. «Eso es una incógnita, que ahora que está saliendo todo debería saberse» , afirma a ABC en conversación telefónica David Serrano, dueño de la finca en la falleció el pequeño Julen de dos años, cuya pareja, Adriana Jiménez, es prima de José Roselló, padre de Julen. David explica que el pocero le dijo que la prospección para buscar agua en la finca medía 109 metros, pero luego se descubrió que solo tenía 71 metros. «Llegaría a 71 y, al no encontrar agua, pararía y me cobraría el resto», afirma Serrano.
«Llegaría a 71 y, al no encontrar agua, pararía y me cobraría el resto»
El pocero explicó, en una de las veces que acudió a la finca de Totalán, a requerimiento de la Guardia Civil, que era posible que el pozo midiera menos de lo previsto. Según Antonio Sánchez, cuando se saca la broca de perforación en este tipo de sondeos que se abandonan se produce un derrumbe de uno 30 metros .
Sin embargo, según Serrano sí que cobró por perforar los 109 metros. El precio acordado, explica el dueño de la parcela, era de 12 euros por metro si no había agua. Si se daba con un manantial el precio ascendía a 27 euros con el tubo incluido. El fatídico agujero habría costado algo más de 1.300 euros e iba encaminado a conseguir recursos hídricos para una plantación de árboles frutales.
Una búsqueda de agua para la que no había licencias ni permisos , como confirmó la Junta de Andalucía, y que estaba acompañada de otras dos prospecciones más . En una de ellas sí que se halló agua, pero no era suficiente como para mantener una explotación agrícola de aguacates y mangos, como se pretendía, según confesó el propio dueño del terreno a ABC.
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