Incertidumbre entre los británicos de la Costa del Sol ante una salida de la UE

En las gradas de La Rosaleda una gran bandera de Inglaterra ocupa siempre una de las bocanas de acceso al estadio en los partidos del Málaga. La bandera pertenece a la «Guiri Army», un grupo de aficionados británicos afincados en la Costa del Sol que siente el territorio como propio y que se declaran malaguistas acérrimos. Es sólo un ejemplo del nivel de arraigo que tiene el pueblo anglosajón en la zona. Muchos llevan décadas en Málaga y ven con recelo una posible salida de Europa . El «Brexit» es para ellos una seria amenaza a su estilo de vida y casi todos, cuando se les pregunta apuestan por «remain» —permanecer— , aunque a la mayoría se les impida pronunciarse por llevar demasiado tiempo fuera de Gran Bretaña.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), existen cerca de 63.500 personas procedentes de Reino Unido en la provincia malagueña. Un volumen de ciudadanos que no saben en qué posición quedará su residencia si la opción «Leave Europe» gana el referéndum del próximo 23 de junio. Nadie sabe lo que va a pasar y muchos, sobre todo jóvenes, evitan pronunciarse. «Me da igual», es una de las respuestas más cosechadas en una encuesta en los pubs ingleses del paseo marítimo de Fuengirola durante el Inglaterra-Gales de la Eurocopa. Sí es verdad que la afluencia a estos lugares es en su mayoría de turistas, que no tienen la misma percepción del posible problema que los residentes. «Los clientes no suelen hablar de eso. Vienen a divertirse, hablan de fútbol y de otras cosas», señala Teodoro Gross, encargado de Los Brothers, uno de los locales que viven de la afluencia de anglosajones en la zona.

La población británica es la mayor de carácter foráneo en la zona, son los principales inversores extranjeros y tienen creados todo tipo de servicios para desarrollar su vida en la Costa del Sol como si siguieran en su propio país. Lugares como el Puerto de la Duquesa en Manilva son ejemplos de este tipo de asentamientos. Tienen clínicas propias, colegios, asociaciones ciudadanas como la Legión Británica en Mijas o pastores anglicanos. «La mayoría no habla ni una palabra de español», señala Anette Skou, directora de la oficina de extranjeros de Mijas, un municipio que cuenta con más de 12.000 británicos en su padrón municipal. Sin embargo, no se plantean, pase lo que pase, abandonar Málaga .

Algunos llevan décadas en la Costa del Sol y la posibilidad de un cambio de la relación entre Gran Bretaña y España les levanta recelos. «Nos llegan muchos ingleses que están preocupados porque no saben lo que va a pasar», remarca Skou. Las preocupaciones fundamentales que se perciben desde las oficinas de atención a los extranjeros de los municipios costeros son cómo va a quedar el estado fiscal si se produce la salida de la Unión Europea, cuál va a ser la situación sanitaria si se cancelan los acuerdos o el hecho de que los ciudadanos del Reino Unido puedan pasar a estar regidos por las leyes de Extranjería .

Unas preguntas para las que nadie tiene respuesta y que aquellos que pueden arrojar luz no lo hacen limitados por la legislación británica. «En estos momentos no nos podemos pronunciar sobre nada que tenga que ver con el referéndum», señalan en la Embajada del Reino Unido en España. «Es muy malo para la gente de España. Estoy a favor de la permanencia. No sabemos cuál será el futuro si Reino Unido sale de Europa. Lo único que hay son rumores », añade Anna Bowles, que lleva 30 años en Mijas, donde disfruta de una plácida jubilación. «Lo bueno para Inglaterra es estar juntos. No sabemos, por ejemplo, qué va a pasar con esas personas que tienen tratamientos especiales como los diabéticos», remarca la anciana de 76 años.

«Si se produce el Brexit habrá que ver qué tipos de acuerdos se firman entre Reino Unido y Europa», afirma Skou. «La clave estará, llegados a ese punto, en la actitud de la Unión Europea. Si toma una posición de represalia o una postura amistosa con Gran Bretaña», añade Ricardo Bocanegra, presidente de la Asociación de Extranjeros de la Costa del Sol, quien explica que una posición amistosa llevaría a unas relaciones como las de Noruega o Suiza. «Sin embargo, una posición de reprimenda les daría trato de no comunitarios y pasarían a tener una relación como la de Marruecos o Senegal », añade Bocanegra, quien explica que esta postura dura de Europa afectaría a Málaga porque se revocarían los permisos de trabajo y los miles de británicos que trabajan en la Costa del Sol, o los jubilados que viven en la zona, tendrían que volver regularizar su situación por la Ley de Extranjería. «Habría impedimentos para los que quieran llegar nuevos», asegura el presidente de la Asociación de Extranjeros.

La situación se volvería muy cruda para esos miles de británicos que tienen la zona como su hogar soñado y afectaría a la economía de una forma directa. «Los británicos son los que más compran en la Costa del Sol y la inversión se vería afectada , sobre todo si hay una devaluación de la libra», explica Bocanegra. « El impacto negativo va a depender de la libra . Si sube estaremos bien en la Costa del Sol, pero si cae vamos a tener problemas. La libra es la clave para que el Brexit no nos influya de una forma negativa a los que vivimos del turismo», remarca Carlos Márquez, gerente de Ocean Drive, uno de los locales de Fuengirola especializados en recibir turistas británicos.