Hostelería

Los hosteleros de Málaga llevarán a los tribunales la prohibición de abrir nuevos bares en más de cien calles

La medida entra en vigor este miércoles y se prolongará durante los próximos cinco años

Terrazas de la calle Calderería del Centro de Málaga ABC

Pablo Marinetto

Este miércoles entra en vigor en Málaga la declaración de Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), que afecta a más de cien calles, 98 del centro histórico y cinco del barrio de Teatinos. La medida ha levantado ampollas entre los hosteleros de la capital desde que el pasado mes de diciembre la Comisión de Medio Ambiente del Ayuntamiento diera luz verde para su aprobación. Ahora, el colectivo ha anunciado que interpondrá un recurso ante el tribunal de la Contencioso-Administrativo porque consideran que la medida «menoscaba los derechos de los empresarios».

En la zona del Centro, la norma afecta a las calles próximas a la plaza de la Merced, Uncibay y Mitjana, y las calles Madre de Dios, Compañía, Alcazabilla, Larios y Strachan. Además, vuelve a incluir otras cinco vías de la zona del Romeral, en concreto la avenida Plutarco, y las calles Esquilo, Andrómeda, Sófocles y Margarita Xirgú. En ninguna de ellas se podrán abrir nuevos establecimientos de hostelería en locales que no tuvieran ya ese uso previamente. Es decir, no se admitirán nuevos expedientes de apertura, pero si se podrá mantener el uso de ocio cuando se trate de un traspaso.

Sin embargo, la Asociación de Hosteleros de Málaga (Mahos) disiente y considera que la medida dificulta a los empresarios desarrollar su actividad. Desde el colectivo creen que las mediciones acústicas no se realizaron con las suficientes garantías y que en decenas de las calles afectadas no se midió correctamente y tampoco en la totalidad de la vía. «La declaración carece del suficiente respaldo técnico para su entrada en vigor», señalaron ayer martes desde Mahos.

La restricción de aperturas no es lo único que se contempla en la declaración del ZAS. También incluye la reducción tanto de los horarios de cierre de las terrazas y de los establecimientos como de las excepciones que se venían realizando a lo largo de año en la limitación acústica. Ambas directrices -aseguran desde la Asociación- «suponen un perjuicio para un sector básico en la creación de empleo, la generación de riqueza y la dinamización económica de Málaga».

La decisión municipal persigue alcanzar los objetivos de calidad acústica en las zonas más afectadas de la capital y, aunque el tráfico, el comercio o los eventos que se celebran con regularidad también son fuentes de ruido, los hosteleros consideran que se está culpando al sector «en exclusiva» de las emisiones de ruido. «Disminuir el horario de los negocios y su presencia reglada en la vía pública afectará a la economía local y empeorará con total seguridad los datos turísticos de Málaga», rezaba el comunicado.

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