Sucesos

Una historia de valor en un verano trágico en las playas malagueñas

Un turista escribe una carta de agradecimiento al policía fuera de servicio que le salvó de morir ahogado

Leonardo Roselló junto al turista al que salvó la vida ABC

Pablo D. Almoguera

«Hasta que no estaba fuera del agua, exhausto, y miré a mi hijo, no fui consciente de que me la había jugado». El paso del tiempo ha permitido a Leonardo Roselló, agente de la Policía Nacional de Málaga , mirar con perspectiva aquel día de playa en el que se convirtió en un héroe para una familia de turistas franceses. Fue su esposa la que se percató de que había tres personas que no podían salir del agua . El policía, con experiencia como socorrista, no se le pensó y, a pesar de la fuerte marejada, se adentró en el mar y comenzó a dar brazadas. Cuando llegó a lo que en un principio eran «tres puntos» en la lejanía, «me fui directo a por el niño» , pero al llegar a su altura, «me percaté de que uno de los dos adultos se hundía». Leo, como le conocen en la Comisaría Provincial, buceó hasta él, lo agarró con fuerza y lo sacó de nuevo a la superficie . Mientras los otros dos bañistas lograban salir ayudados por otras personas, el agente sacó fuerzas entre la extenuación y evitó la tragedia. Un «acto de valor» del que ha surgido una amistad y que la víctima ha querido plasmar en una emotiva carta de agradecimiento.

Los hechos ocurrieron en la playa de Los Álamos de Torremolinos, municipio donde este verano se ha concentrado un buen número de los ahogamientos ocurridos en el litoral y donde la víctima, su esposa y su hijo se encontraban pasando unos días de vacaciones.

El rescate se produjo en una situación límite, ya que el bañista se encontraba exhausto y había dejado de nadar. Además, la corriente de resaca y el fuerte oleaje fueron un gran impedimento para Leonardo, que agarró al hombre por las axilas y le colocó inclinado hacia atrás para que respirara. Posteriormente, dando patadas de brazas, logró llevarlo hasta la orilla a esta persona.

Una vez fuera del agua, el agente y un médico que se encontraba en el lugar asistieron al rescatado, al que colocaron de lado al presentar síntomas de ahogamiento y un estado de semiinconsciencia .

Finalmente fue trasladado a un centro médico por una ambulancia y recibió el alta médica. Su hijo de 14 años, a por quien el policía iba en un principio, y un amigo de la familia también tuvieron problemas para salir del mar y necesitaron ayuda.

«Había bastante marejada y me percaté de que la corriente era peligrosa porque minutos antes me había bañado», relata el agente, quien, como ocurre muchas veces en estas actuaciones, recuerda que en un principio «pensábamos que estaban jugando en el agua» .

Este miembro de la Brigada de Seguridad  Ciudadana no esconde que, a pesar de haber trabajado durante mucho tiempo como socorrista, lo pasó mal, pero que no fue consciente de que «pude haberme ido con ese hombre al fondo del mar» hasta que una vez en la arena, cuando intentaba recobrar la respiración tras el esfuerzo, vio el rostro de su hijo.

Pasados los días, Leonardo y el turista francés se reunieron y se fundieron en un abrazo de gratitud y alegría por el final feliz. Un reencuentro del que surgió una carta con la que el turista reconoció que «no estaría aquí» sin el auxilio de este policía malagueño y que finalizó: «Mis familia y mis amigos se unen a mi en un profundo agradecimiento por su acto de valentía» .

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