MUNICIPAL

El giro «populista» del alcalde de Málaga agrieta el fin de su mandato

La pretensión de Francisco de la Torre de remunicipalizar la empresa de limpieza genera choques en su gobierno

De la Torre, aclamado por vecinos a las puertas del Ayuntamiento FRANCIS SILVA

FERNANDO DEL VALLE

Siempre se ha preciado de escuchar la voz de los malagueños antes de tomar una decisión. Ha sido, durante sus 16 años de mandato, un infatigable regidor a pie de calle , presente en todas y cada una de las manifestaciones sociales, culturales y folclóricas de su ciudad.

Pero en los últimos tiempos , y precisamente cuando se acerca el fin de su «reinado», el alcalde de Málaga, el popular Francisco de la Torre , está inmerso en una deriva que más que enmarcar su política en el ideario del PP lo acerca a la dinámica de los nuevos partidos populistas . Estar cerca de remunicipalizar un servicio de tanta importancia como el de la recogida de basuras ; rechazar un tramo de tranvía por la negativa de los vecinos afectados o pretender someter a una consulta (fallida) el futuro de una parcela son los principales hitos de esta nueva etapa que muchos de sus correligionarios miran con estupor y que incluso, por primera vez, ha ocasionado las primeras grietas públicas en su gobierno municipal.

Es, sin duda, la «cara b» de una gestón exitosa que ha permitido a Málaga vivir una enorme transformación. Con estrategias audaces como su apuesta por los museos o la atracción de empresas y talento, pocos serían los que se atreviesen a regatearle ser el artífice de la modernización de una ciudad que hoy por hoy es mucho más atractiva que hace década y media.

Pero es en el día a día, en la adopción de medidas de «mantenimiento» de la ciudad , donde se multiplican sus indecisiones, patadas hacia adelante y determinaciones que sorprenden a propios y extraños.

El caso más flagrante es el de Limasa, la empresa de basuras que con huelgas continuas y una factura ingente para las arcas municipales, es la que más quebraderos de cabeza ha dado al alcalde. Este año se cumple el contrato con la sociedad mixta (el Ayuntamiento participa al 49 por ciento) que gestiona estas tareas.

Se trata ahora de decidir quién se encargará de ellas. Si repetir el modelo, privatizar completamente el servicio o regresar a la vieja fórmula de hacerlo del todo público, como exigen los partidos de izquierda. Pues bien, hasta el momento y tras muchos devaneos, Francisco de la Torre parece haberse decantado por esta última opción. Y, lo más sorprendente, dejando prácticamente la decisión en manos de los mismos trabajadores que con sus paros han «secuestrado» a la ciudadanía malagueña de manera recurrente. Si ellos aceptan unas condiciones algo más duras que las que ahora tienen —eliminando por ejemplo la polémica herencia de empleos — el Ayuntamiento volvería a hacer pública la empresa al cien por cien.

Una determinación diametralmente alejada de los postulados habituales del PP que además no es compartida ni por buena parte de su equipo de gobierno ni por Ciudadanos, partido al que debe haber conservado la vara de mando. Ayer martes, el concejal de Sostenibilidad Ambiental, Raúl Jiménez, anunció que dimitirá si se municipaliza Limasa. «Hay que ser coherente, no se puede vender algo en lo que no se cree, pues entiendo que funcionaría mejor el modelo privado», defendió.

Hasta tal punto llegó la crisis que el propio alcalde se vio obligado a reunir de urgencia por la noche a sus concejales para pedirles que dieran imagen de unidad. En ese encuentro, no dio por cerrada la resolución en torno a qué tipo de empresa se encargará de la recogida de basuras a partir de ahora.

«No» al tranvía

En muchos estratos de la ciudad también ha sorprendido su tajante negativa a que la Junta construya una línea de tranvía al hospital Civil , como continuación del metro. Amparándose en el rechazo de los ciudadanos por los que pasa el trazado, el proyecto, que consensuó con Susana Díaz en 2013 , va camino de los tribunales. Pero el domingo, en que se manifestaron los vecinos, apenas acudieron algo más de un centenar de personas.

Porque la deriva populista, además, no siempre le sale bien. El año pasado, a la manera de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena , planteó convocar una consulta ciudadana para resolver el futuro de una gran parcela conocida como los terrenos de Repsol. La izquierda quiere un gran parque y el gobierno municipal aboga por que sea más pequeño y el suelo pueda albergar además cuatro torres de vivienda y oficinas. A la vista del derrotero que podía tener el proyecto, tuvo que desdecirse , amparándose en varios informes internos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación