Patrimonio

Gibralfaro y Alcazabilla: las dos joyas milenarias que Málaga quiere convertir en Patrimonio de la Humanidad

Ambos enclaves reúnen en pocos metros huellas del paso de romanos, árabes y cristianos por la bahía siglos atrás

El Ayuntamiento ha acordado por unanimidad solicitar el reconocimiento de la Unesco, que sería el segundo en la provincia tras la declaración en 2016 del Sitio de los Dólmenes de Antequera

Vista nocturna de la Alcazaba y el Teatro Romano ABC / Vídeo: Así son las dos joyas patrimoniales que Málaga propone reconocer como Patrimonio de la Humanidad PABLO MARINETTO

Pablo Marinetto

De entre las muchas teorías en torno al origen del nombre de Málaga hay una especialmente poética: la que afirma que deriva de la griega Malakos ('suavidad'), en alusión a las bondades de su clima. Cierta o no, sería la más apropiada para explicar por qué desde su fundación este enclave de la bahía ha sido refugio de civilizaciones, de los fenicios a los árabes. Hoy lo sigue siendo para millones de turistas, que en sus paseos por la capital descubren las huellas que aquellos pueblos dejaron en enclaves como el Monte Gibralfaro o la calle Alcazabilla ; dos entornos que ahora persiguen ser declarados Patrimonio de la Humanidad.

El Ayuntamiento de Málaga acaba de aprobar una moción institucional para solicitar a la Unesco que los incluya en su selecta lista y así proteger para las generaciones futuras los vestigios que explican los orígenes de una de las ciudades más antiguas de Europa, fundada por los fenicios de Tiro en el siglo VIII a.C.

La iniciativa, presentada al Pleno por Ciudadanos ha recibido el respaldo de todos los grupos, que han acordado iniciar los trámites para presentar la candidatura al Consejo del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura.

Los principales valores por los que el Consistorio considera a estos enclaves merecedores del reconocimiento son belleza y el hecho de aunar en pocos metros restos romanos, árabes y cristianos . Joyas patrimoniales que conviven, con más o menos acierto, con la vida de la Málaga moderna. No hay que olvidar que las faldas del monte y sus miradores han servido a menudo de escondite para botellones.

Panorámica de Málaga desde el Castillo de Gibralfaro ABC

El proceso que hoy da sus primeros pasos puede prolongarse durante varios años. De lograrlo, entraría a formar parte de la lista en la categoría de Paisaje Cultural Urbano. Sería el segundo Patrimonio Mundial de la provincia de Málaga tras la declaración en 2016 del Sitio de los Dólmenes de Antequera , protección que se extiende también a la Peña de los Enamorados y el paraje del Torcal.

La ciudad de Málaga, que hoy acapara titulares por su liderazgo en el plano tecnológico, por ser motor de la economía andaluza o por crecer en población más que ninguna otra urbe española, vio la luz, precisamente, a la sobra del monte Gibralfaro. Una atalaya de vital importancia estratégica .

Según se recoge en la moción institucional, tanto el promontorio -que acoge el Castillo de Gibralfaro y la Alcazaba - como el entorno de la calle Alcazabilla son «un enclave idóneo» para estar reconocidos como Patrimonio de la Humanidad.

Desde el Consistorio sostienen que su historia se remonta a los fenicios y que ofrece una «poderosa» visión simultánea de varias civilizaciones. Por un lado, la romana, con el teatro y las piletas de gárum, salsa de pescado apreciada en todo el Imperio. Pero también la musulmana, con las dos fortalezas, y la cristiana, por el uso urbano continuado desde la conquista hasta nuestros días.

Además -explica el texto-, «cuenta con restos fenicios visitables y vestigios de lo que fue la Judería , donde vivió el sabio y poeta Ibn Gabirol, fundamental en la tradición hebrea», cuya estatua mira al conjunto monumental desde la trasera del Museo Picasso.

El Teatro Romano fue descubierto en 1951, aunque estuvo semioculto hasta los años 90 por el edificio de la Casa de la Cultura Archivo Municipal de Málaga

 

El objetivo de Málaga es replicar el éxito de Madrid con la inclusión en la lista el año pasado del Paseo del Prado y Buen Retiro . La decisión marcó un antes y un después en las resoluciones de la Unesco, pues se trató de la primera vía urbana que alcanzaba esa categoría, uniendo sus méritos en el Arte y en la Ciencia, al albergar espacios como la pinacoteca del Prado, el Jardín del Buen Retiro y el Botánico.

En el caso de la capital malagueña, la candidatura se sustentará no solo en la gran riqueza arqueológica, sino también en los usos culturales, al sumar Alcazabilla en un mismo entorno el Museo Picasso, el Museo de Málaga y la Aduana y ser además escenario de desfiles procesionales en Semana Santa con el monte verde como telón de fondo.

Conseguir convertirse en el noveno patrimonio mundial andaluz y el número 50 a nivel nacional requerirá de altura de miras y colaboración en el plano político. En este sentido, la propia moción insta a crear un equipo de trabajo interno que siga en marcha durante varios mandatos, al margen de los signos políticos que gobiernen, con personal responsable de Patrimonio, Arquitectura, Historia y Parques y Jardines . A ellos se sumarán técnicos externos expertos en la tramitación de estos expedientes ante el organismo internacional.

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