MÚSICA

La 'feria eterna' de Camela se hace fuerte bajo el castillo de Fuengirola

El dúo repasó todos sus grandes ante un millar de personas en Marenostrum en una noche que recordó a los veranos de los años 90

Camela sobre el escenario Unicaja Banco de Marenostrum Fuengirola Rocío Berro

J.J. Madueño

En una época en la que se cancelan las ferias por toda Andalucía por miedo a los contagios de coronavirus, Camela destapa los recuerdos de aquellas que se pasaron en la más tierna juventud. El grupo no cancela su gen feriante. Al caer la noche en la loma del castillo con las foodtracks haciendo perritos, burritos y hamburguesas sonó 'Corazón indomable' para hacer estallar al público de Marenostrum Fuengirola.

La seguridad se empleaba a fondo para hacer que el millar de personas en la loma del Castillo no bailara. Debían estar sentados y con la mascarilla, pero es Camela hace que se vayan las caderas desde el minuto uno. 'No puedo estar sin él' sigue vigente desde 1999, al igual que 'Sueños inalcanzables', que corearon la grada y la platea como si estuvieran en el verano de 1995.

Es música de fiesta, alegría, que recuerda a los primeros paseos con las chicas en los coches de choque de alguna feria de un pueblo remoto de Andalucía. Las bromas con los amigos, el algodón de azúcar, los puntos en el saco de boxeo o el peluche para la que te hace tilín. Camela recuerda a aquella juventud de calimocho en algún aparcamiento. La misma que remataba la noche con el campero de pollo que elogió Dioni desde el escenario . Antes de la invasión de los kebab y el reguetón.

'El color de mi cuerpo' precedió a dos de los himnos más recordados de la banda con 'Nunca debí enamorarme' que en 2003, que ahora han versionado con Willy Bárcenas de Taburete. El flamenco electrónico de Camela sigue con fieles, vigente y sin perder fuerza. El concierto es una congregación de 'hits' como 'Háblale de mí' , que acaban de remezclar con David Bisbal, y 'La estación del querer' de 1995.

Fue antes de que Ángeles se quedara sola para cantar tres baladas de las que reconoció que compone sola en su habitación. La primera fue 'Sin palabras' a su hija, el amor de su vida. La segunda a su abuela, con la que se emocionó al presentarla. La tercera fue 'Te soñaré' , donde recordó cuando ella anhelaba con ser artista viendo a Rocío Durcal e Isabel Pantoja en el parque de atracciones.

Camela al salir al escenario Rocío Berro

Tras ese momento íntimo con el escenario en tonos rosas, el dúo volvió a completarse para 'Su locura, mi placer' que recuerda a aquel videoclip en los que los dos se convirtieron en dibujos animados. A eso siguió 'Por siempre tu y yo' de 2003 y 'Has cambiado mi vida' de 2006 y un adelanto del disco nuevo con 'En el bolsillo de mi corazón' .

'Lágrimas de amor' , que han vuelto a grabar con la colaboración de Alaska sirvió a Camela para despedirse con los coros del público. El publicó cantó a pleno pulmón el «sueño contigo que me has dado» con un ímpetu que traspasaba las mascarillas. Fue una falsa salida, porque aún quedaban los 'bises', pedidos por el público al grito de «otra» y el taconeo sobre la tarima.

La platea y la grada deseaban más. 'Camela' sacó la parte más flamenca antes de la apoteosis de 'Cuando zarpa el amor' , que este año han remezclado con Juan Magán, pero que sonó en su versión de más clásica aquella que retumba en los cacharros de las ferias de toda España desde hace dos década

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