Arte
Federico Echevarría presenta en Málaga su primera exposición individual
El artista fusiona pintura y arquitectura en una colección de 140 obras y cuatro esculturas de vocación «dinámica»
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Cuenta Federico Echevarría que su tío pintaba paisajes y gitanas junto a Francisco Iturrino en la finca de La Concepción. Que su padre vivió cincuenta años en Benalmádena y que Málaga es, desde que tiene diez años, el recuerdo de todos sus veranos. Quizá ese estrecho vínculo con la Costa del Sol sea el principal motivo por el que ha decidido presentar en la capital su primera exposición individual, que podrá verse hasta principios de año en la galería y centro de arte La Casa Rosa , ubicada la calle República Argentina, 23.
«Me han crecido los dientes entre pintura y arquitectura», comenta a ABC el artista, que tras 49 años como arquitecto puede afirmar con seguridad que ambas disciplinas le corren por las venas . Precisamente por ello, es inevitable que su obra pictórica esté contaminada por las influencias y tendencias que durante su carrera ha aportado a sus edificios.
Las 140 obras y cuatro esculturas que componen la muestra «Expresiones abstractas» tienen en común una misma tendencia y vocación. La de convertirlas en objetos dinámicos. Según Federico Echevarría siempre ha buscado «que se puedan ver caras distintas de un edificio . Que al mirarlo te vaya dando imágenes diferentes». Confiesa que ese objetivo que «algunas veces» ha conseguido en su arquitectura es lo que ahora ha intentado trasladar a los cuadros de esta exposición inédita en la que lleva trabajando tres años.
Salvando las distancias, aspira a que el espectador, como en los cuadros de El Bosco, pueda moverse alrededor y que la obra le invite a pasar dentro de la abstracción. Una pintura, según el exdirector del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Javier Viar , que se apoya en una concepción del arte en la que «el hábito de la cultura tiene un lugar importante junto a los demás deseos que configuran al creador».
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De «Expresiones abstractas», Echevarría destaca una paleta cromática muy particular, en la sin huir de la pintura, aprovecha las posibilidades que ofrecen los tintes obtenidos de plantas y otros elementos difíciles de encontrar y que, sin embargo, son protagonistas de la colección. El cartón, la cuerda o la malla metálica combinan con estos colores para dar obras que son «coherentes y conexas» y donde su «deformación profesional» como arquitecto sale de nuevo a relucir.
Asegura que, si en sus edificios hay un hilo conductor pese a tener diferentes usos, desde oficinas, hasta centro comerciales, en su pintura ocurre lo mismo. «Hay una conexión en cuanto a la forma de hacer y a las imágenes y pese a la variedad hay una conexión reconocible en el espectador , con mucha geometría», explica.
La muestra de Echevarría, inaugurada ayer viernes, podrá disfrutarse hasta el próximo 31 de enero de lunes a sábado y bajo cita previa. Supone además la apuesta de La Casa Rosa en su regreso al panorama expositivo tras el paréntesis de los últimos años.
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