ARTE

El exotismo de Oriente seduce en el Museo Carmen Thyssen

El Palacio de Villalón acoge desde mañana 84 obras de cuarenta colecciones públicas y privadas que recorren la época de esplendor de la pintura orientalista del siglo XIX

La exposición incluye obras de Fortuny, Tapiró, Fabrés o Lameyer Pablo Marinetto

Pablo Marinetto

El catalán Mariano Fortuny viajo a Marruecos en tres ocasiones: 1860, 1862 y 1871. Su toma de contacto con los territorios del norte de África evocaría en el artista la necesidad de retratar en pinturas, grabados, acuarelas y dibujos una colorista realidad que inspiraría después a toda una generación de pintores que se vieron seducidos por el exotismo de Oriente .

Desde mañana, el Museo Carmen Thyssen de Málaga acoge “Fantasía árabe. Pintura orientalista en España (1860-1900)” . Una muestra compuesta por 84 obras procedentes de cuarenta colecciones públicas y privadas y en la que, además de Fortuny, destacan nombres como Tapiró, Fabrés o Lameyer.

La exposición ofrece un viaje en el tiempo, un recorrido por los escenarios africanos que cautivaron a los artistas europeos del siglo XIX, principalmente a los pintores españoles. Se recupera así el género orientalista muy popular en la época que posteriormente fue «denostado» y al que se le reprochó «su falta de veracidad» , según ha explicado este viernes durante la presentación Francesc Quílez, coordinador de Colecciones del Museo Nacional de Arte de Cataluña y comisario de la muestra.

La selección de obras saca a la luz un lenguaje común de los artistas, con creaciones marcadas por el gusto estético, una paleta colorista y un “preciosismo muy particular” acorde a la clientela de la époc a , que buscaba en la pintura una vía de evasión. Ese cromatismo puede apreciarse en obras como «El vendedor de tapices», de Fortuny, «Danza de los velos», de Enrique Simonet o «Enseñando el Corán», de Antonio Fabrés. Todas ellas marcadas por la voluntad de sus autores de plasmar las costumbres y la vida cotidiana de los países orientales.

En la muestra conviven retratos y obras maestras que reflejan paisajes y escenas en las que contrastan el color y la luz con la oscuridad de las estancias interiores. La Alhambra de Granada también se sitúa en esta exposición como escenario destacado , por ser lugar de peregrinaje para los pintores europeos que en la época viajaban con destino a Tánger.

El propio Fortuny residió en la ciudad andaluza entre 1870 y 1872 plamando la fortaleza en obras como «La matanza de lo Abencerrajes». Durante su estancia -según explica Francesc Quílez, fue visitado por una segunda generación de pintores franceses que fascinados con su obra convirtieron la Alhambra en escenario principal de algunas de sus creaciones.

La directora artística del Museo Carmen Thyssen y también comisaria de la exposición, Lourdes Moreno , ha señalado que fue precisamente «el contacto con esta cultura» lo que produjo la renovación en la pintura de Fortuny, con obras en las que demuestra su «maestría» en este género que no fue precisamente con el que triunfó.

Junto a las obras seleccionadas también pueden verse algunos de los elementos que fueron fuente de inspiración para los autores, como una jamba nazarí, platos, joyas, una daga o una espingarda.

La exposición, que podrá visitarse hasta el próximo 1 de marzo, está organizada en colaboración con «la Caixa». En el acto de presentación la presidenta de la Fundación Palacio de Villalón, Carmen Thyssen, ha subrayado el «orgullo» que supone contar con «el único museo que existe en el mundo con una colección tan andaluza, tan del siglo XIX y XX» .

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